De hace algunos años para acá, una significativa cantidad de panameños se han convencido que todo tiene un precio. Hace algunos lustros, la persona que estuvo al frente del ejecutivo, “compró” a quienes se dejaron comprar y así se convirtió en el gran propulsor de la desinstitucionalización del estado.
Al igual que otros “casi” dictadores que pululan mas
recientemente en América, le hicieron mucho daño a una endeble democracia, que
según datos de estudios bastante confiables, dejó de caminar en muletas, para
que la sentaran en una silla de rueda. Muchos de estos salieron mucho mas
adinerados que cuando entraron y no fue gracias a los salarios que devengaron
durante sus mandatos.
Lo triste de esta historia, la cual estoy seguro cada lector
verá reflejado a alguien distinto, luego de la descripción que hiciera de estos
líderes populistas, que no han hecho mas que, cuales vampiros, se han bebido la
sangre que emana de las sangres de los mas necesitados en nuestros respectivos
países.
Pero la mayor de las ironías es que estos pichones de
Drácula, son aplaudidos y hasta añorados, por una masa que cual gallina se
satisface con las migajas que le tiran, perdiendo de vista el fondo del bosque,
donde están “guardadas” las grandes riquezas que nuestras naciones producen.
En otro “salón de estar” estamos quienes hemos venido
hablando, practicando y luchando por el rescate y fortalecimiento de valores.
En este salón también se ubican a una gigantesca cantidad de personas que
siguen luchando incansablemente por la transparencia, la participación
democrática, la lucha contra la corrupción y mas recientemente la guerra contra
el narcotráfico, que ha logrado infiltrarse en las esquinas mas recónditas del
engranaje gubernamental.
En muchas ocasiones, los que estamos en este grupo, de visita
o de forma permanente, nos hemos visto atacados, demandados, vilipendiados y en
fin mancillados en nuestro honor y honra, por no estar de acuerdo con las
sinvergüenzuras de algunos que se han montado en un carrito desde el que llaman
por altavoces a que la mayoría se sume y que tristemente, ante las necesidades
tan apremiantes que, en muchas ocasiones han sido provocados por estos mismos
“líderes”, sufre la mayoría de la población.
Seguimos tratando de “evangelizar” que no es mas que
compartir experiencias, caminando por el camino de lo correcto, que si bien es
cierto nos lo han llenado de piedras y ortigas, también es cierto que es el único que nos lleva al rescate de
nuestros países, tan golpeados por la corrupción, la falta de transparencia y
el “festival de precios” que muchos de estos malos líderes anuncian.
No. No puedo permitir que nos metan a todos en el mismo
cartucho. Panamá está llenas de gente buena y noble que busca el bien del país.
Panamá demanda buenos líderes. No de los que gritan y se la pasan quejándose
sin mucho que ofrecer. No de los que siguen con el clientelismo que nos tiene, quejándonos
de una enfermedad, casi incurable, que es la corrupción.
¿Qué seremos criticados? Claro que lo vamos a ser. Estamos
atentando contra el “status quo” de quienes se han acostumbrado o limitado a
vivir de los que no producen sino que lo reciben como premio por una “labor
bien hecha”.
¿Qué nos criticarán y tildarán de cuanta cosa se pueden
imaginar? Es obvio que en la descalificación está el banco de quienes se quedan
sin fundamento para desarrollar una discusión de altura. Como reza el dicho “No
levantes tu voz, mejora tu argumento”.
El mensaje para quienes descalifican y critican sin
fundamento debe ser estudia, investiga, abre tu mente. He oído a varias
personas, supuestamente estudiadas, alegar que dicen o repiten algo “porque
salió en las redes”. Lo peor es que lo discuten y sustentan como si
efectivamente lo hubieran estudiado.
Hace unos días, escribí en una red social, que la reputación
y credibilidad de una persona, debería poder caminar delante de esa persona.
Los valores de cada persona deberían ser uno de los pilares, de la personalidad
y conciencia de cada uno. Debo advertir que no todo se puede comprar, porque no
todos estamos a la venta. Y mucho menos en promoción.
Hay quienes queremos un mejor Panamá, una mejor América y un
mejor mundo. Quienes estemos en la misma “onda” bienvenidos sean. Tenemos mucho
por hacer y por lograr.
Artículo publicado originalmente en el Diario La Prensa de Panamá.
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