viernes, 31 de octubre de 2014

Homenaje a la bandera panameña

Mi amiga de hace muchos años, Nela Preciado de Marchosky escribió este artículo de opinión que debe ser de obligatoria lectura por TODOS!

Hace unos días, me decidí a poner mis banderitas panameñas en el carro. Por más que parezca algo simple, para mí era un compromiso. No quería colocar la bandera como un adorno más en el parabrisas, necesitaba creer que soy digna de llevar ese símbolo querido a la vista de todos. Por eso, estuve meses pensando en qué promesas le haría a la bandera para que ella estuviera orgullosa de mí.

Seré puntual, honrada y agradecida. Daré, siempre que pueda, lo mejor en mi trabajo y en mis relaciones personales. Seré cortés, cederé el paso, tanto a otros vehículos como a los peatones, y no tocaré el pito de mi automóvil por frustración. Jamás ensuciaré las calles, los jardines ni las aceras de la ciudad. ¿Cómo puedo decir que quiero al país, si echo basura en su rostro?

No seré una “juega vivo”, comprenderé que todos estamos igual de cansados y apurados, y que pasarme las luces rojas o transitar por el carril contrario para sobrepasar a los que sí respetan las leyes, puede resultar en un accidente en el que pierda la vida una persona, y eso no es querer al país.
Si luzco la bella bandera de Panamá en mi carro, a la vista de todos, entonces debo ser un ejemplo, tanto para mis compatriotas como para los miles de extranjeros que aquí viven. Quiero que vean que los panameños sí podemos ser amables, respetuosos, corteses, ordenados... ¿Por qué no?

Estoy convencida de que llevar el emblema nacional es un privilegio que debo ganarme y mantener, no puedo ostentar ese emblema nacional y faltarle el respeto de ninguna manera a mis compatriotas. Pensemos: ¿Cómo se ama a la patria y a la bandera, si no es a través de ser buenos ciudadanos en todo momento, aunque no nos estén viendo?

Todavía no sé si seré capaz de cumplir a diario con todo esto, pero ahí está la bandera en el parabrisas, y me recuerda que solo si cambio, puedo esperar que cambiemos todos por el bien del país.

Así como Panamá no es solo un pedazo de tierra, sino que está formada por los ciudadanos que nacimos y crecimos aquí, la bandera tampoco es un pedazo de tela, es nuestra alma criolla que ondea feliz, cuando un panameño hace algo bien.

Ojalá yo sea digna de lucirla todo el año en mi carro y que esto me recuerde la suerte que tengo de ser panameña y el trabajo que debo hacer para que jamás deba quitarla por haber faltado a mis promesas. “Bandera panameña, juro a Dios y a la patria, amarte, respetarte y defenderte, como símbolo sagrado de nuestra nación

jueves, 16 de octubre de 2014

LA DIFERENCIA ENTRE UN AMIGO Y UN AMIGO PANAMEÑO

 Este escrito me llegó por correo como un anónimo, pero me identifico tanto con lo aquí escrito que quise compartirlo en mi blog. Saludos!

Un amigo es alguien que nunca te pide comida.
Un amigo panameño es la razón por la que organizas una comida
 
Un amigo te pregunta cómo estás.
Un amigo panameño te dice que te ves bien, te abraza y te besa.
 
Un amigo llama a tus padres  " señor ..."  y "  señora ..."
Un amigo panameño llama a tus padres "tio " y "tia "
 
Un amigo puede que nunca te haya visto llorar.
Un amigo panameño ha llorado contigo, por cualquier cosa.
 
Un amigo te manda flores y una tarjeta cuando estás internado en el hospital.
Un amigo panameño se queda a dormir en una silla, a tu lado.
 
Un amigo te pide algo prestado y te lo devuelve a los dos días.
Un amigo panameño te pide algo prestado y a la semana se olvida que no es suyo.
 
Un amigo te ofrece el sofá para que duermas.
Un amigo panameño te brinda su cama, se acuesta en el suelo... y no te deja dormir en toda la puñetera noche conversando contigo.
 
Un amigo sabe unas cuantas cosas acerca de ti.
Un amigo panameño podría escribir un libro con las cosas que le has contado de ti.
 
Un amigo te lleva 'Tylenoll' cuando estás resfriado.
Un amigo panameño te hace una sopa de pollo y los remedios que le enseñó su abuela. Y puede que hasta te haga 'el avión' con la cuchara, para que te tomes la sopa.
 
Un amigo toca a tu puerta para que le abras.
Un amigo panameño abre la puerta, entra y después te dice: ¡Llegué!
 
Un amigo te pide que le hagas un café.
Un amigo panameño pasa a la cocina y monta la cafetera y hasta le pide azúcar a una vecina si no tienes.
 
Un amigo puede serlo por un tiempo.
Un amigo panameño es para toda la vida. 
 
Un amigo ignoraría este correo... 
Un amigo panameño se lo pasará a todos sus amigos pues se siente orgulloso de ser  panameño.

viernes, 10 de octubre de 2014

¿Que hacemos con Colombia?

Por el respeto y aprecio que siento por Colombia y mis familiares y amigos colombianos, considero importante aclarar algunos de las mas recientes publicaciones que aparecen en mis redes sociales.
Quienes me conocen saben del cariño que siento por la que considero mi segunda tierra: Colombia. Me unen lazos familiares, de negocios, de aprecio y de hermandad en Activo 20-30 y Scouts de muuuuchos años!

Dicho esto, es importante que se sepan algunos datos que deben ser tomados en consideración.
En Panamá, residen (legal o ilegalmente) muchos ciudadanos colombianos, excelentes personas, trabajadoras, honradas y trabajadoras, que se han ganado la admiración y respeto de quienes tuvimos la suerte de nacer en ésta bella tierra que los acogió. Con muchos hemos hecho negocios, nos tomamos los traguitos y hasta se han convertido en parte de nuestras familias, en otras palabras se integraron a nuestra comunidad.

Como dice el dicho, “en todos lados se cuecen habas” y así han llegado muchos que desprestigian a la otra mayoría y que estoy seguro que son tan indeseables aquí como allá. Por esto, entre otras cosas, no debemos generalizar cuando nos referimos a nuestros vecinos del sur.

Con Colombia hemos tenido nuestras diferencias en muchos sentidos, pero al final hay mas cosas que pudieran unirnos que separarnos. Una de ellas, ha sido la forma de hacer negocios y de cómo nos administramos. Considero que cada país debe ser libre y soberano de cómo administrarse y que el otro no debe imponer “soluciones criollas” para sus propios problemas. ¡Nadie debe pedir favores con el garrote en la mano!

En los últimos días nos amanecimos con la inclusión de Panamá en una lista que pretende discriminarnos, lo cual es inaceptable y alejado del derecho internacional. Lo curioso es que no es la primera vez que esto sucede, precisamente con Colombia.

A ver, Colombia no puede controlar el contrabando que llega a sus costas y decide imponer sanciones a Panamá, pues se supone que es éste el origen del mismo. Si se establece un paralelismo, es hacer lo mismo que critican con los EEUU. En la nación norteña se consume la cocaína, los gringos no hacen casi nada por luchar contra su consumo y el lavado del dinero que este tráfico produce, pero resulta que los culpables son los colombianos que la producen. ¿Interesante, no?

La guerrilla colombiana, sale de sus fronteras, pero Panamá debe invertir millones dólares en ayudar al gobierno de esa hermana nación en tratar de luchar contra éste flagelo, aunque el problema no es nuestro. Nuevamente, ¿interesante, no?

Ahora, Colombia quiere ingresar a la OCDE y esta le exige incluir a Panamá en estas listas negras y grises y el gobierno colombiano salta presto a hacer lo que sea necesario para lograrlo. Una vez mas, interesante, ¿no?

Es evidente que esta actitud del gobierno colombiano ha hecho que surjan todo tipo de comentarios negativos en contra de Colombia, lo cual considero  injusto. En Panamá hay una fuerte inversión de capital colombiano en  muchas compañías, las cuales generan empleo y beneficios económicos para ambos países. Es responsabilidad de estas empresas presionar a su país para que retome la senda de la negociación y no de la imposición.

Mientras tanto, pienso que se le debe mandar el  mensaje al gobierno colombiano, que Panamá debe respetarse. En este sentido, ayudar a las empresas a presionar a su país, imponiéndoles medidas similares a las que se le han impuesto a Panamá allá. Igualmente, que toda remesa que salga hacia Colombia se le añada una tasa impositiva adicional a la regular. También se podría no permitir que empresas de capital colombiano participen de licitaciones públicas hasta tanto a Panamá se le trate con dignidad y respeto.


Esto para empezar. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer, pero salir a rasgarse las vestiduras, pidiendo que se les imponga visas y demás cosas que se han expresado, no hace sentido. No hay que castigar al pueblo hermano de Colombia, sino mandarle el mensaje al gobierno de turno.

En el mundo de la política

  Inicio advirtiendo que este artículo no pretende convencer a nadie sobre como debe ejercer el voto para las próximas elecciones. Todos p...