domingo, 24 de febrero de 2013

¿Qué está pasando en Venezuela?


Me había abstenido de hacer algún tipo de comentarios con respecto al estado de salud del Presidente Electo de Venezuela Hugo R. Chávez F., pues es muy difícil emitir una opinión cuando hay tanto desconocimiento.

Como la ausencia de información se mantiene (al menos la oficial), voy a atreverme emitir algunos conceptos basados en mi experiencia profesional y de vida. 

Soy un convencido que Hugo Chávez salió de Venezuela hacia Cuba con más aprehensiones que esperanzas; Chávez en un hombre astuto e inteligente, con gran carisma y de mucha proyección comunicacional, cosa que lo diferencia de otros líderes de su país y del resto del continente.

Hasta aquí comento basado en hechos y noticias. ¿Qué pasó en Cuba? no mucha gente lo sabe a ciencia cierta. De allí se inician las especulaciones.

La realidad es que otros “amigos” y familiares del mal llamado Comandante Presidente, no lo pudieron ver en La Habana por su estado delicado y si lo vieron hacían comentarios que se prestaban a la incredulidad. Sin embargo se reunió por horas con su vicepresidente y firmaba decretos y demás.

Creo que más por la presión pública que por su estado físico, se anuncia el retorno de Chávez a Caracas; una enfermera declara que lo vio entrar al hospital de pies y fuerte. Sin embargo a los pocos días, se le niega al Presidente de Bolivia Evo Morales el poderlo ver.

Horas más tarde se habla que Chávez está gobernando (a pesar de no ser el presidente en funciones, pues no ha tomado posesión) y que da instrucciones, pero a las pocas horas se anuncia que esta entubado y que respira dificultosamente, pero sigue dando instrucciones, ahora supuestamente por escrito.
Estas últimas acciones me las va a tener que explicar un médico “intensivista”, pues me cuesta entenderlo…
El manejo comunicacional de la situación en Venezuela ha sido manejado de una manera que deja mucho que desear y pareciera que está siendo dirigida por personas más políticas que profesionales de la comunicación (aunque esto es un mal endémico en gran parte de nuestro continente).

Por las redes sociales se hacen anuncios que luego salen funcionarios públicos a desmentir o a aceptar parcialmente. Pero se sigue insistiendo en no comunicar, como un método comunicacional.
Mi experiencia profesional entonces me sugiere algunas alternativas: 
  •            Hugo Chávez no está vivo y están tratando de ver cómo se maneja la situación políticamente.
  •         Hugo Chávez no ha muerto pero su condición física no le permite (y podría no permitirle)   asumir constitucionalmente su puesto.
  •         Ante la incertidumbre de la condición física de Hugo Chávez, se está planificando una estrategia de como “compartir” de la manera menos traumática al pueblo venezolano, el futuro del Presidente Electo y del país.


Hay una realidad, la mayoría de los venezolanos votó por la relección de Chávez. Sin embargo, como pasa en todas las elecciones, una considerable cantidad de esos electores votaron por las “cosas” que les metieron en el bolsillo o sencillamente por el desconocimiento de política y de bienestar a futuro, del cual padecen la mayoría de  nuestros pueblos latinoamericanos.

El rival de Chávez en las pasadas elecciones, Capriles, no me ha demostrado ser el líder que podría aglutinar a la oposición y no existe una luz o un norte a seguir. El vicepresidente Maduro, no ha demostrado mayor conocimiento que el que pudiera haber adquirido a la sombra de Chávez y de su experiencia sindical, pero de administración y de dirección de estado, nada.

Me inclino a pensar que Chávez no está ni estará en capacidad de asumir la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela y por ende se debe cumplir lo que la propia constitución indica. 
Lo más preocupante, es que aunque las elecciones fueran prístinas y se anunciara el resultado real, el mismo sería muy apretado hacia cualquiera de los bandos y al ganador en caso de ser de la oposición, le tocaría gobernar con una asamblea en contra, una corte suprema en contra y con un aparato de gobierno con el cual le costaría mucho hacer un gobierno efectivo.

Por ahora, al gobierno de Venezuela debería contratar a una compañía profesional de comunicaciones que los oriente por un lado den el manejo de crisis y por otro lado sobre la proyección política de sus dirigentes y del estado como un todo. De lo contrario, ese querido país camina a pasos agigantados a una confrontación en las calles que solo beneficiará a quienes quieren “pescar en río revuelto” pero perjudicará a las grandes mayorías.

Al menos así lo veo Yo…

miércoles, 13 de febrero de 2013

Las Sandalias del nuevo Pescador


Corría el año 2006 y me correspondió asistir a una reunión anual de CIVITAS Internacional, organización que promueve la educación en democracia a nivel mundial, la cual se realizaría en Varsovia, la capital de Polonia.

Debo confesar que mi entusiasmo por visitar la tierra de uno de los hombres que más he admirado en mi vida, Karol Józef Wojtyła, más conocido como el papa Juan Pablo II, era comparable solo con la del niño que visitará Disneyworld por primera vez.

Viajé unos días antes de las reuniones, para poder visitar Cracovia, ciudad donde ejerció como obispo antes de ser designado cardenal en Roma. El magnetismo que se percibía cuando Juan Pablo II estaba cerca o en la televisión, pude percibirlo de la misma manera, cuando visité las instalaciones donde vivía.

Para mí (y para los efectos para una gran cantidad de católicos) Juan Pablo II fue “el mejor papa” que ha habido y aclaro que sólo he vivido durante el ejercicio 6 de ellos. Su influencia y accionar en la vida religiosa, política y de formación de carácter de millones de personas alrededor del mundo ha sido incomparable.

Por eso cuando muere, muchos sentimos  que la iglesia católica había quedado huérfana y que éste noble hombre era “imposible de ser reemplazado”, pues ninguno le llegaría a los talones.

Cuando el cardenal Ratzinger, arzobispo de Múnich y Freising, es electo como el sucesor de Juan Pablo II, al igual que muchos me sentí decepcionado, pues no sentía que éste nuevo papa me representaba ni tenía la estatura de su predecesor.

Para mi sorpresa, una vez llegué a Polonia, noté que éste país se preparaba para la visita de un papa alemán, en su primera visita a un país que no fuera el suyo desde que fuera electo. Para mis adentros, pensé: Que osado es éste tipo. Pero más me llamó la atención cuando me enteré que visitaría el campo de concentración de Auschwitz,  pues era un lugar donde los nazis habían eliminado a miles de polacos (y para los efectos a muchos europeos).

Tuve la suerte de visitar éste campo de concentración el día siguiente a la visita de Su Santidad y me sorprendió los comentarios que hacían los guías turísticos sobre la visita papal, pues para mi asombro, todas eran positivas e inclusive mis anfitriones polacos todos expresaban su admiración por el compromiso, expresiones y determinación de éste nuevo papa, que ofreció sus excusas por las atrocidades hechas durante la segunda guerra mundial y se arrodilló frente al paredón donde en un principio eran fusilados muchas de las víctimas de ésta guerra sin sentido.

Al día siguiente, junto a otros hermanos latinoamericanos, acudimos en grupo a la misa campal que ofrecía Benedicto XVI en Varsovia, pues asumíamos que no iba a estar tan llena, por la supuesta apatía de los polacos hacia éste “alemán”. Pues nuevamente me quedé con la boca abierta cuando nos dimos cuenta que lo más cerca que pudimos llegar fue como a 10 o 15 cuadras de donde habían ubicado la tarima principal. Un mar de gente super entusiasmada nos separaba del altar donde el “nuevo papa” daba la misa e impartía su bendición al pueblo polaco.

Horas después, escuché y leí sus palabras conciliadoras, de esperanza y de amor. Eran las palabras de un hombre inteligente, sesudo y gran pensador. Un nuevo líder había nacido en la iglesia católica y aunque seguía con mi pensamiento sobre el hecho que Juan Pablo II era irreemplazable, aprendí a reconocer y a respetar la autoridad y el tamaño de Benedicto XVI.

Hoy este hombre investido como el sucesor de San Pedro por sus pares, ha anunciado su intención de renunciar para retirarse a terminar sus días dentro de un claustro orando por sus hermanos. estoy seguro que éstos, han sido 8 años de un papado de transición. 

No todos los años nace un Juan Pablo II, como católicos apostólicos romanos que somos, debemos aprender a reconocer la voluntad de Dios, que nos ha permitido convivir bajo el liderazgo de un hombre que su humildad lo ha llevado a reconocer su incapacidad de seguir comandando la nave, tal y como se espera y en su divina inteligencia, ha tomado decisiones sin muchos antecedentes.

¡Nuestro papa Benedicto XVI ha optado por renunciar a su papado en cuaresma! Le pregunto a mis correligionarios a qué están renunciando ustedes por ésta cuaresma. A aquellos católicos que cuestionan las decisiones del papa, les pregunto: ¿es o no el sucesor de San Pedro a quien nuestro señor Jesucristo le dio la misión de ser la piedra donde se fundaría Su Iglesia?

Hermanos, los invito a practicar la misma humildad que practicó Jesús  y que hoy vuelve a enseñarnos el sucesor de Juan Pablo II, Juan XXIII y tantos otros que han ayudado a forjar la iglesia de la cual nos sentimos tan orgullosos.

Oremos por el papa Benedicto XVI, por los cardenales a quienes les corresponde escoger a su sucesor y por todo el resto de católicos para que intentemos ponernos las sandalias del pescador, hijo del carpintero y caminemos hacia nuevos derroteros de compromiso, trabajo y de mucha humildad.

En el mundo de la política

  Inicio advirtiendo que este artículo no pretende convencer a nadie sobre como debe ejercer el voto para las próximas elecciones. Todos p...