miércoles, 30 de abril de 2025

¿PRO MUNDI BENEFICIO?

 

¡Cuánta razón tenía Simón Bolívar cuando soñaba con una América unida y su capital en Panamá!

Infortunadamente su sueño no prosperó como él lo había concebido, pero su pensamiento trascendió y quizás se tradujo en la gestión de organizaciones como la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros organismos regionales de nuestro continente.

Bolívar había visualizado que la conformación de ese estado en el que se convirtió la unión de las 13 antiguas colonias británicas, que en 1776 se denominaron Los Estados Unidos de América, podría ser una posible amenaza para el resto de las antiguas colonias españolas, francesas y portuguesas americanas. Igualmente, habiendo vivido y estudiado en Europa, podía prever que los países colonizadores, podrían tratar de recuperar sus antiguos territorios.

El resto de la historia es conocida; “desde mi balcón” puedo deducir que una nación atentó contra el éxito del Congreso Anfictiónico de Panamá, hicieron que algunos países invitados se ausentaran y no se logró esa gran nación de estados con la que soñaba el libertador.

Si bien es cierto, hoy tenemos un continente que se mueve de izquierda a derecha, tal péndulo de reloj sigue sin existir esa cohesión tan necesaria, que nos permitiría tener, no sólo un gran mercado, sino un brazo fuerte para protegernos de posible ataques, políticos, económicos y militares.

En artículos anteriores me he pronunciado sobre la necesidad de Panamá de conformar alianzas con otros países; por ejemplo, en momentos como los que vivimos sería ideal que Canadá, México y Panamá pudieran convertirse en un gran bloque que sería un amortiguador para los ataques a los que estamos siendo sometidos. A ese nuevo “bloque” se podría invitar a otras naciones amigas como por ejemplo Dinamarca, Francia, Alemania y España, por solo mencionar algunos.

En Panamá debemos aprender a ser y sentirnos orgullosamente panameños. Quizás por ser un país con orígenes tan variados, como color y forma de ojos tenemos, los que vivimos en esta amalgama de personas que han llegado a Panamá por razones tan distintas como distintos somos quienes vivimos aquí.

Que tristeza produce oír a abogados y otros compatriotas estudiados, hablar en contra de nuestro país. Panamá es un país que vive “Pro Mundi Beneficio”. Aunque quieran cambiar la frase, cuanto gobierno pasa por el Palacio de las Garzas, seguimos siendo “Puente del Mundo y Corazón del Universo”, quizás la mejor frase para describir gran parte de nuestra historia y destino en el mundo.

 

Panamá no ha faltado a los compromisos adquiridos desde 1977 en los tratados del canal. La mejor prueba es que la parte atacante ha cambiado su base de acusación en varias ocasiones; desde que una nación extranjera controla la administración del canal, pasando por el bloqueo de las entradas al mismo, la salinización de los lagos, hasta que se pudiera producir el derrumbe de un puente sobre el mismo. 

No es justo que ahora, nuestro mayor socio comercial nos acuse de tener relaciones con un país, que sigue siendo uno de los principales socios comerciales de ellos mismos. No es justo que se nos quiera imponer, desde la capital de una nación hermana, la línea de nuestras relaciones diplomáticas y comerciales y lo peor es que por no tener razones fundamentadas en hechos, se han basado en motivos baladíes que no pueden ser sustentadas por la razón y la justicia sino por el chantaje y la manipulación.

Por otro lado, debemos encender todas las luces de emergencia para prepararnos para ataques que seguirán produciéndose por los próximos 4 años. Esto incluye fortalecer nuestra democracia, la transparencia, los valores cívicos y morales y la lucha en contra de la corrupción, quizás el peor de los cánceres que nos tiene inundado no solamente por las malas prácticas, sino por el narcotráfico y todos los tentáculos que se derivan de este.

Esto involucra fortalecer la justicia y proteger a nuestros jueces y magistrados para que nunca mas volvamos a tener la amenaza que ha promovido un convicto que al igual que otros ha querido comprar absoluciones y fallos amañados.

Los panameños debemos estar unidos, para defender lo que tanto nos ha costado. Tenemos una joya en el Canal de Panamá, que no solo hemos operado con mayor eficiencia y menor accidentabilidad que cuando no estaba bajo control de otros, sino que invertimos varios miles de millones de dólares en su ampliación para seguir dándole a todos un servicio eficiente y de primer mundo.

Panamá es una nación libre. Somos libres del establecimiento de relaciones diplomáticas que sean de la mejor conveniencia política y comercial para nosotros. No por eso debemos afectar nuestra amistad con nuestros vecinos, pero siempre dejando claro que no es por la fuerza que se obtienen beneficios, mas bien promover la negociación y las reglas de la diplomacia. Esto nos confirma que el servicio exterior no se debe constituir por amiguismo, sino por profesionales que pongan los interese del país por encima de cualquier otro.

La dignidad de un país no se negocia. Eso lo hemos vivido los panameños de forma viva. Debemos ser agradecidos con nuestros amigos, pero siempre estar listos para salir a la defensa de los intereses de esta gran nación, si bien no con armas, si con el derecho, la diplomacia, siendo enérgicos y cumpliendo lo que prometemos.

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