sábado, 19 de agosto de 2017

El ‘Panamá de ayer' que hay que leer

Publicado en La Estrella de Panamá de hoy, 19 de agosto de 2017

Un compendio de crónicas de Santiago McKay (1896-1971), escritor ilustre de ‘La Decana', se presentó en la XIII FIL Panamá
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Daniel M. Alarco
dmolina@laestrella.com.pa
El escritor Carlos Fong, cataloga el ejemplar póstumo de ‘Fray Rodrigo' —seudónimo de McKay— como una obra que contribuye al despertar del sentido patriótico.
‘Es un libro que nos ayuda a descubrir saberes para fortalecer desde la memoria lo que tenemos', señala Fong, asesor editorial de ‘El Panamá que se fue para siempre'. ‘Nos ayudará a persuadirnos de que es importante conocer nuestro pasado para entender el presente', agrega el escritor.
En los relatos, publicados en columnas como ‘Del Panamá que se perdió' y el libro Narraciones panameñas , ‘Fray Rodrigo' viaja a épocas que le antecedían para hablar de sitios emblemáticos, como el barrio de Santa Ana, en el texto ‘La Calle del Matadero (Toros en Soga)'.
‘Era corriente de la Calle del Matadero lo que se llamaba ‘el cierra puertas', incidente que ocurría cada vez que lograba un animal por sacrificar, burlar las seguridades del edificio. Cuando se daba el grito avisando la casualidad, salían los matarifes y vaqueros, soga en mano, a la captura del animal y entonces toda la calle cobraba vida, alegría, temor y entusiasmo. Como la calle entonces carecía de ‘bocacalles', el animal en su fuga llegaba hasta el mismo Parque Santa Ana en donde era fácil ‘aguantarlo' debido, más que todo, a su mansedumbre', relataba McKay.
En 1971, tras la muerte del cronista —hijo del prócer panameño Oscar McKay—, el diario La Crítica publicó un editorial en el que alabó su trabajo en ‘La Decana'.
‘Pasó después a La Estrella de Panamá (...). Apareció entonces Fray Rodrigo, con su paleta maravillosa, para pintar en bocetos literarios, de lograda maestría, lo que guardaban sus añoranzas de soñador y bohemio impertinente. Muy pocos cronistas le igualaron en el arte del anecdotario, que realzó con metáforas audaces y fértil imaginación creadora', señala el documento, incluido en la segunda edición de El Panamá que se fue para siempre , relanzada este año en la XIII FIL.
Más de treinta escritos le dan cuerpo a este libro, incluyendo ‘Los cimarrones de Malambo', ‘La esquina del Panazone' y el clásico ‘Sal-si-puedes'.
DEL PERIODISMO A LA HISTORIA
Las narraciones de Santiago D. McKay, el hombre detrás de la firma ‘Fray Rodrigo', ponen en manifiesto la importancia de la práctica periodística —en particular, la crónica— y su aporte como herramienta histórica.
El propio historiador Jorge Conte Porras, publicó en el diario El Universal una semblanza sobre McKay y el contexto en el que se publicaron sus escritos.
‘Amigo inseparable de Demetrio Korsi y de José Llorent, con ellos frecuentaba el billar y la tertulia del café; pasaba largas horas de la tarde en la Plaza de Santa Ana, pues esta fue por mucho tiempo el epicentro de la vida de la ciudad, y en donde se enteraba de todas las noticias del momento, que luego vertía en sus agudas crónicas', escribió el historiador .
En el prólogo del libro El Panamá que se fue para siempre , el escritor Carlos Fong explica la riqueza del género periodístico de la crónica, que hace uso de diversos recursos literarios, ‘logra ser un discurso que es testigo y protagonista de costumbres y ceremonias populares'.
‘La crónica es la imagen que relata nuestra memoria', sentencia Fong, quien detalla que McKay tuvo como maestros a Harmodio Arias y Octavio Méndez Pereira.
Las palabras de Salomón De la Selva también aparecen en este ejemplar, en el que describe a McKay como un autor al que ‘los curiosos leerán para hallar un dato raro (...) o para comprobar el uso de un vocablo o de una frase'. Y cita un texto suyo sobre la construcción del canal: ‘Si algo ha sido curioso en esta ciudad y digno de recordarse', decía McKay, ‘fue el trabajo de instalación del acueducto y la pavimentación de las calles después (...). Nuestros paisanos se conformaron con trabajos como apuntadores, de oficina y ‘aguateros'. Este último trabajo era sencillísimo: un balde lleno de agua fresca y una jarra. A simple solicitud de cualquier trabajador (jamaicano) el empleado corría solícito a darle el precioso líquido y luego se sentaba sobre la tierra excavada y así pasaba las horas, los días y semanas'. Y ‘toda la ciudad, como un solo hombre, no hizo más que cantar las sórdidas canciones de los jamaicanos encorvados sobre la tierra, trabajando: ‘I dan quiman guata? Jolinyú”.

lunes, 7 de agosto de 2017

Y ahora, ¿Qué le espera a Venezuela?

Artículo de mi autoría que apareció publicado en la edición de El Venezolano de Panamá  del viernes pasado: 


Lo que sucede en Venezuela es casi que inédito en nuestro continente americano; digo casi, pues los panameños tuvimos nuestra propia época negra, no tan grave como la que viven los hermanos venezolanos, pero igual nuestra nación se vio impactada por algunas malas decisiones, algunas indecisiones y muchos egos y actitudes por conveniencia.

De esa experiencia vivida, como comunicador y como ciudadano, pienso que el final de la pesadilla que se vive en un país que posee la reserva petrolera más grande del mundo, sin embargo su gente no tienen comida para comer, está muy cerca. El deterioro del régimen, pues ya no siquiera se les puede considerar un gobierno, los ha llevado a tomar decisiones que afectan la imagen internacional y la poca credibilidad que les quedaba. Los supuestos y a todas luces manipulados resultados de la votación del pasado domingo, han producido un repudio internacional hacia éstos y hacia el gobierno de facto en el poder.

La inclusión en la lista de OFAC y las otras acciones anunciadas por el gobierno de Trump y replicadas por varios otros países, tienen un impacto directo sobre ciertos personajes de triste reconocimiento en Venezuela. La presión que miles de personas, especialmente jóvenes, en las calles, ha surtido el efecto deseado y esto sumado a las víctimas de estos “plantones” han forzado que varios de sus suplidores hayan decidido suspender el envío de material bélico y represivo al gobierno de Miraflores.

El ala radical del chavismo, en cabeza de Diosdado Cabello, seguirá presionando a las fuerzas armadas y al títere que ocupa la silla presidencial, a seguir confrontando a las masas y esto se podría mantener mientras se sienta respaldado por el gobierno de La Habana.
Siento que el próximo paso podría ser, el no pago de la cuenta del petróleo que compran los Estados Unidos de América y la posible suspensión del envío de la gasolina que es refinada en suelo estadounidense, de vuelta a Venezuela.

Venezuela aún no ha entrado en la etapa del cierre “oficial” de las instituciones bancarias, “apagones” eléctricos programados, ni el cierre de aeropuertos y puertos que no servirían para otra cosa que para restringir el libre movimiento de quienes quieren escapar de la tristeza y la escasez que hoy privan a nivel nacional.

Siempre pensé que un movimiento respaldado por los mandos medios de las fuerzas castrenses, podría ser la solución, sin embargo ante la inacción de éstos en favor de la democracia y la saña con la que atacan a sus compatriotas en las calles, no me queda otra que pensar que un gran bloqueo continental, respaldado por la UE, podría precipitar la inminente caída de la dictadura que ha usurpado las funciones gubernamentales de la tierra de Bolívar y que confía en destronar al último vestigio de la democracia que aún prevalece, la Asamblea Nacional.

No podemos corrernos el riesgo de abandonar a Venezuela en estos momentos en que la dictadura da sus últimos respiros. Debemos respaldar y aunar todo tipo de esfuerzos para apoyar a quienes diariamente gritan y lloran clamando por las mismas “Libertad, Justicia y Democracia” que a los panameños nos costó una invasión que golpeó nuestra economía y hasta cierto punto nuestro orgullo nacional.

Ojalá los políticos venezolanos hayan aprendido la lección y puedan comprender que el país que se recuperará ni siquiera se asemeja al que recibió Hugo Chávez en 1999. Ojalá no se cometan los mismos errores que empujaron a una significativa parte del pueblo a respaldar la “socialización” de un país muy próspero pero muy desigual.

Habrá mucho que reconstruir, mucho que perdonar y mucho que sanar. Sigo confiado en que el “Bravo Pueblo” será sabio y recuperará la alegría, la humildad y la tenacidad que siempre lo ha caracterizado y que muy pronto podremos regresar a la bella Caracas y compartir con familiares y amigos como acostumbrábamos hacer no hace mucho.


En el mundo de la política

  Inicio advirtiendo que este artículo no pretende convencer a nadie sobre como debe ejercer el voto para las próximas elecciones. Todos p...