Día de la Patria. Todo es contento y
alegría. Hasta el mismo sol, desde el balcón de
Dios, ríe a carcajadas: carcajadas de luz.
Las flores esparcen su aroma más enervante;
los ruiseñores dicen sus cantos más harpados,
sus melodías más ARMONIOSAS. El pueblo, ebrio
de entusiasmo, recorre las calles de la ciudad
dando vivas a la magna fecha clásica...
A lo lejos una banda de música desgrana
la perlería sonora del Himno Nacional...
Sin embargo, en la triste soledad del conventillo,
agoniza un patriota que luchó en las guerras
de la independencia... Habla.
Cerca del lecho, una anciana lo escucha anhelante...
Lágrimas de dolor surcan su rostro...
¿Qué diría hoy, de esa patria por la cual luchó el renombrado
patriota del poema “Supremo Anhelo”?
Todos los 3 de noviembre comparto esta poesía escrita hace
muchos años por el Teniente BH17, mi Tío Guillermo McKay, como un ejemplo de lo
que el patriotismo y el amor de patria debe ser.
Hoy es un día que, a pesar de las tradicionales nubes y
lluvias del noviembre panameño, aunque tenue, el sol ha brillado en los
corazones y mentes de muchos panameños. Hoy es un día lleno de todas esas cosas
que aprendimos en las clases de cívica y de gobierno que nos impartieron en las
aulas de clases, bueno, las de antes….
Hoy muchos jóvenes silenciaron las lenguas que les
reclamábamos jugar el rol que les correspondía. Esos jóvenes que, de manera
responsable, ordenada y sin organización establecida, se tomaron las calles
para, como lo hicimos muchos hace casi 40 años, decir un ¡BASTA YA!
Jóvenes que han crecido amando la patria que los vio nacer.
Pero que tienen algo que no tuvimos los participamos a finales de los 80: Conciencia
ecológica. Hoy los jóvenes se preocupan por el medioambiente y utilizan
palabras como reciclar y reutilizar, de las cuales nunca habíamos escuchado los
que luchamos por la justicia, democracia y libertad en las grandes marchas
blancas.
Hay los que han utilizado la nueva plataforma de lucha para
hacer política, criticando a algunos de los gobernantes desde Cuchungo, sin
reparar en que, para ellos, al igual que los jóvenes de antes, el cambio climático,
salvar el planeta y todos los nuevos conceptos, eran desconocidos.
Hoy la “banda de música no desgranará la perlería sonora del
Himno Nacional”, sin embargo, se han escuchado miles de voces que al unísono
las han entonado en la mitad de la Cinta Costera, Plaza 5 de mayo, debajo de
puentes y hasta desde los apartamentos por donde han desfilado estos jóvenes acompañados
de algunos no tan jóvenes.
Hoy somos miles que les hemos rogado a nuestros gobernantes
que nos representen dignamente. Que ejerzan esas responsabilidades y que
cumplan los compromisos que adquirieron cuando se juramentaron frente a un
pueblo que sigue exigiendo justicia, libertad y democracia.
Hoy debemos enterrar las rivalidades, las divisiones, la
envidia y la apatía. Hoy debemos hacer como el patriota en su lecho de muerte...
Exigir lo más sagrado que tenemos los patriotas: La Bandera. Y unidos todos
detrás de ella, empezar a trabajar por la reconstrucción de ese tejido social
que necesitamos y que la patria nos demanda. No bajemos la guardia, pero que lo
humano prevalezca sobre las ideologías. Que hoy prevalezca la justicia y la
razón. Ese es nuestro SUPREMO ANHELO.
Se me escapa la vida... Un denso velo
oculta a mi mirada el claro cielo...
Mira, un frío de muerte estoy
sintiendo...
Me voy... Adiós... Adiós... Me estoy
muriendo.
Pero escúchame, madre... Antes que
muera...
Sí, madre... La bandera... Mi
bandera!
Ha muerto el patriota. Llora la madre
desconsolada.
Afuera, en la calle, la multitud
alegre,
al son del Himno Nacional, grita al
unísono:
"¡Viva el 3 de Noviembre!"...
¡QUE VIVA PANAMÁ!
No hay comentarios:
Publicar un comentario