jueves, 23 de julio de 2015

¿Y QUIÉN GANÓ EL PARTIDO?

Desde anoche he estado recibiendo mensajes y comentarios de varios países vecinos, sobre el triste resultado del partido Panamá-México, que dentro del marco de la Copa de Oro, se disputó la noche de ayer, 22 de julio, fecha que debe quedar marcada como el hito en que todo un mundo, pues la prensa y dirigentes de Europa y América, han criticado la actuación del árbitro, el estadounidense (por favor es de Estados Unidos, no todos los americanos somos de ese país) Marc Geiger, se declare hastiado con lo ilegal.

Hoy he leído, visto y escuchado comentarios y críticas aparecidas en diarios y redes sociales originados en Estados Unidos, Argentina, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Argentina, Gran Bretaña y hasta el propio México, donde todos coinciden en que a la selección mexicana, conocida como el Tri, se le “ayudó” por decir lo menos para llegar a la final de éste torneo regional, que se juega desde el año 1991.

 Detrás de toda la polémica surgida por la actuación de quien nunca debió ser un protagonista, sino un intermediario, del resultado final, surgen varias cosas que deberían considerarse.

No existen en la región los equipos grandes y pequeños. El Caribe se creció y fue el gran protagonista de la Copa en su versión 2015. Jamaica, Trinidad y Tobago y Haití, impusieron un juego diferente, refrescante e innovador, que impresionó y “dejó en la cancha”, como se pudiera decir en el béisbol, a grandes y tradicionales potencias.

Centroamérica nos quedó debiendo. No vi a la misma y aguerrida Costa Rica que tanto júbilo nos dio en el Mundial de Brasil el año pasado. La inconsistencia de los otros países nos hace pensar que la sub región centroamericana necesita de sangre fresca, partiendo desde la dirigencia, pasando por la dirigencia técnica y llegando hasta los propios jugadores.

Mi pequeño pero gigante Panamá, volvió a demostrar que está entre los grandes de la región. Siempre he sido crítico de ´”La Roja” y lo seguiré siendo cuando vea o presienta que caminamos por el camino que no nos llevará a ocupar mejores puestos. Lo dije y reitero que nuestra Federación se equivocó con el Director Técnico contratado. Una persona que es abusador de mujeres, que no sabe manejar su temperamento y que prefiere proferir insultos de grueso calibre, en lugar de tomar las medidas que el equipo requiere no se merece ser el capitán de esa nave.

Nuestros jugadores, fueron de menos a más. Sin embargo reitero que hay varios a quienes hay que hacerles su merecido reconocimiento e invitarlos a que den el paso a un costado para hacer espacio para las nuevas figuras que vienen preparándose en las categorías menores. Nuestra sub 23 y Sub 17 han demostrado con creces su superioridad en la cancha. Debo destacar la labor de algunas nuevas figuras que, dentro de la selección mayor,  han demostrado grandes quilates, entereza, fortaleza y la pasión que éste noble deporte requiere.

En nuestra Federación Nacional hay figuras que han demostrado su integridad y rectitud y debo respaldar sus actuaciones. Los exhorto a tomar las medidas y correctivos, no solo elevando las protestas que van atadas al resultado de anoche, sino los correctivos de manera que Panamá siga siendo de las “nuevas potencias” de la CONCACAF, sino que tengamos un lugar en la visión mundial.

El mensaje que mandó el organismo que rige el fútbol regional  la noche del 22 de julio, es nefasto para el deporte, para la juventud y para la afición. A quienes venimos trabajando por el rescate y fortalecimiento de los valores cívicos, éticos y morales, nos tiraron un balde de agua fría, peor que la que reciben los directores técnicos de parte de sus jugadores cuando ganan un campeonato y esto no debe ser tolerado por nadie.

Triste, por decir lo menos, fueron los comentarios del director técnico y el jugador mexicano que cobró el polémico penal, donde justificaron la acción del árbitro, diciendo que como a ellos se los habían hecho, era correcto que ellos lo hicieran. ¿No les llamó la atención que les hubieran “regalado” dos penales en 4 días? Pero al final, ¿no se le puede pedir peras al olmo, verdad?

No puede ser que el dinero y las componendas basadas en éste, que tanto daño le están haciendo al Fútbol Asociación (no se llama soccer, por favor), sean el ejemplo que vean los miles de niños que a nivel regional y mundial aspiran a un mejor futuro, basados en la honestidad, integridad y “juego limpio”.

Hoy, la región, el continente y el mundo debemos elevar nuestra voz de protesta y considerarse de luto, no por el resultado del partido, no por los millones que se ganará la CONCACAF con los partidos sub siguientes o por los que le hubieran podido pagar al árbitro Geiger, sino por el daño que, con el mal ejemplo, le están mandando a esos jugadores que entregan todo en la cancha y por los miles de niños y jóvenes que vienen detrás.


¡No a la corrupción! ¡No a la intolerancia! ¡No a la discriminación!
¡SI AL JUEGO LIMPIO! ¡SI A LA HONESTIDAD! ¡SI A LOS VALORES!

martes, 7 de julio de 2015

Donald, Los Negocios y La Raza - MARTES DE NEGOCIOS - Martes 7 de julio de 2015

Los invito a leer el artículo de mi amigo Mike Magallón sobre las recientes declaraciones de   Donald Trump.



Hay gente que muere por la boca. Como dicen los viejos, uno es dueño de lo que calla y esclavo de los que dice.  Pero Donald  Trump llevó este refrán al extremo y las consecuencias han sido enormes. Primero, ¿que fue lo que Trump dijo realmente?  “México nos manda por la frontera solo traficantes de drogas, violadores, y algunos, eso creo, son buenas personas”.   Imagínense lo que esto significa para los latinos en general y los mexicanos en particular, que ya suman el 40% de la población de los Estados Unidos, y donde los mexicanos son la inmensa mayoría, por la cercanía entre estos dos países.

Trump demuestra que es un ignorante en geografía y en historia al hacer estas aseveraciones.  Además que insulta a los mexicanos, en particular y a los latinos en general, acusándolos de muchas cosas horribles y generalizando el carácter como si todos fueran iguales. Y lo peor del caso, es que pone en duda que alguno sea bueno.  Trump creo que, además de decir lo que dijo por publicidad, subestimó a los mexicanos y a México, y a los latinos y Latinoamérica. Además que subestimo el poder de los latinos en los Estados Unidos, y lo que representan – la minoría más grande que poco a poco será la mayoría en ese país.

Cuidado y antes que “empiece” el próximo Miss Universo, nos encontramos con que nadie lo transmite, y su hija sea la única que quiera competir en el certamen. Y mejor no me meto en la política, ya que con el 40% de los votantes que son latinos, no creo que pase de los primeros caucus en las primarias de los republicanos.   Estados Unidos, como otros países, igual que Panamá, han crecido, en población y en desarrollo, debido a la migración. Como Panamá, Estados Unidos ha tenido varias migraciones, pero ellos en vez de ser conquistados, como los españoles con nosotros, fueron colonizados por los británicos.

Esa fue una gran diferencia que definió ese país, versus sus vecinos de América Latina.  En estas últimas migraciones, Estados Unidos ha obtenido los trabajadores que a ellos les faltan, y no porque no exista mano de obra, sino que los mismos estadounidenses no quieren hacer estos trabajos. Ese tema es totalmente diferente, pero hasta aquí en Panamá lo hemos vivido en algún momento. Para la construcción del Ferrocarril en 1850 y las construcciones del Canal en 1880 y 1904, los promotores de estos proyectos se vieron obligados a traer personal para el trabajo fuerte.

Lo anterior no solo por la baja población que existía en Panamá en esos momentos, sino que los panameños no querían trabajar en la construcción ni del Ferrocarril ni del Canal,  preferían sus trabajos en el sector servicios donde pensaban sacar más dinero y tenían menos probabilidades de morir.  En Estados Unidos, ha pasado lo mismo. Los estadounidenses  no quieren recoger basura, no quieren ser empleadas domésticas,  ni jardineros, ni aseadores, y muchos otros oficios más, que de alguna manera son denigrantes para los estadounidenses y que solo los inmigrantes quieren o están dispuestos a  hacer.

Un ejemplo lo tuvimos en Miami, hace unos años, cuando solo los inmigrantes haitianos eran los que querían recoger la basura de la ciudad, a tal punto que la ciudad tuvo que aumentar los salarios considerablemente para esto. Entonces, Trump, de que estamos hablando. Los inmigrantes, legales e ilegales, han ayudado a los Estados Unidos a crecer, y a desarrollarse. Muchos inventores y mentes brillantes han llegado allá a aportar, incluyendo los mexicanos y latinos en general.  Otros mexicanos y latinos han llegado con una mano adelante y la otra atrás, y han trabajado en lo que sea para obtener recursos para mantenerse en ese país.

Sin ellos, difícilmente habría quien  recoja las  verduras y legumbres,  la basura,  o limpie los hoteles.   Pero lo de Trump no es solo lo que dice, sino lo que hace. Lo malo del caso, es que el  Trump tiene muchos seguidores en todo el mundo, gente que lo admira como si fuera un empresario exitoso y multimillonario. Multimillonario, podrá ser, pero admirarlo por esto, y sobre todo por la forma en que ha llegado a ser multimillonario? …..Bueno.   A ver, cuantos saben cuántas bancarrotas ha tenido el Donald?

La bancarrota en Estados Unidos está protegida como el “Chapter 11”, y lo que hace, en resumen, es proteger a una empresa de quebrar realmente,  la pone en un estado de reorganización, mientras se arregla con los deudores lo que se les debe y como se les puede pagar de vuelta. Muchas veces, el entrar a Chapter 11, una medida que muchos en Panamá también están promocionando, estamos dándole una segunda oportunidad a una empresa o inversionistas, que se lo merecen. ¿Pero que pasa cuando esto sucede varias veces?

¿No será que alguien está jugando con el sistema y encontró la forma de hacerse más rico sacándole ventajas al sistema?   Trump ha ido a bancarrota, o como él prefiere decir, Chapter 11,  unas 4 veces, 1991, 1992, 2004 y 2009.   Él ha aprovechado las ventajas de negociación que da el Chapter 11, para conseguir mejores términos – monto, tasa, plazo, entre los más comunes---y probablemente las seguirá aprovechando.  El tipo es astuto, muy vivo, te marea y si te dejas… se aprovecha de ti.    Es un “bully” cualquiera, como si estuvieras en la escuela.

Fortune, lo tiene en la lista de los más ricos desde que empezó con su lista de Fortune 400, en 1982, y para el 2011, ya lo tenía en 2.7 de billones de dólares (aunque el mismo insiste que su fortuna es mucho mayor). Su casino en Atlantic City, el Taj Mahal, lo financio con “junk bonds” (o bonos basura, sin ningún tipo de garantía) y después no pudo pagar los altos intereses que estos instrumentos requerían, así que tuvo que entrar a bancarrota.  El utiliza el Chapter 11 como una herramienta de hacer negocios, y nunca lo ha negado ni ha pedido perdón por el uso de la misma.

Igual que ahora se niega a pedir perdón a los mexicanos por lo que ha dicho!   El, así como otros, piensan que el entrar a Chapter 11 es un derecho que les da el Estado, y que lo pueden tomar a su gusto, cuando quieran y de la forma que ellos quieran.   Cumpliendo con la ley…na herramienta como el Chapter 11 nos daría mucho para ofrecerles a las empresas, especialmente a aquellas que están en problemas y que necesitan de un respiro para seguir adelante. Como no va a ser bueno para una empresa en problemas financieros, el poder restructurarse, renegociar con todos sus acreedores, seguir vendiendo y así salir adelante.

Es la herramienta perfecta, pero como todo en la vida, cualquier cosa mal utilizada puede resultar en que la avaricia pueda más, y se saque provecho de una herramienta que fue creada para el bien. La corrupción se mete en este tema financiero, y esto ha pasado mucho en Estados Unidos, por lo que hay que tener mucho cuidado en como reglamentarla.  Volviendo a Trump, él  no es el hombre de negocios que dice ser, ni el político que cree que es, y ya está llegando a ser un ser humano que nadie va a querer. Para los negocios se necesita ser algo humilde, mucha prudencia, mucho corazón, cosas que a él le faltan en grandes cantidades.


Este segmento es una gentil contribución del licenciado Miguel Eduardo Magallón, consultor de empresas en estrategia y finanzas. Para comentarios diríjase al autor:   mmagallon26@cableonda.net o al  6214-0420.

COMENTARIO DE RUBÉN BLADES AL ARTICULO DE IBSEN, ESCRITOR VENEZOLANO

En un artículo publicado en el diario El País, titulado "La cara Visible del Fracaso de la Revolución",  reproducido en un blog modestamente titulado "Entorno Inteligente", el escritor venezolano Ibsen Martínez pareciera satanizar en favor de su interpretación política un comentario que siempre hago durante la canción "El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés", (dedicada en 1983 al hoy mártir beatificado, el Salvadoreño Oscar Arnulfo Romero).  No estoy seguro si este escritor es el mismo que conocí hace décadas, por intermedio de Cesar Miguel Rondón. Ibsen, ¿el escritor de teatro y de telenovelas?
De ser así, hola Ibsen, que sorpresa, ¡Ibsen!
El punto es que al final de esa canción acostumbro comentar que, "Matan a la gente, pero no matan a la idea". Lo hago como parte de mi convicción de que la muerte comienza por el olvido, que necesitamos constantemente enfrentar a la maldad que continúa intentando destruir nuestra posibilidad, la de todos y una forma de hacerlo es reconociendo el sacrificio de los que han caído por defender el ideal de la justicia. 
Me resisto a dar la ultima palabra a los asesinos, y ayudarlos a creer que la Muerte que causaron con su odio resulto la triunfadora final.
Pues resulta, según el articulo de Ibsen, que en un concierto dado por mí ¿en los años 90?, un mexicano pasado en tragos respondió al comentario exclamando, ..."ojalá mataran a todas las pinches ideas y dejaran tranquilas a las personas, güey". Acto seguido, nuestro Ibsen criollo desarrolla una opinión sobre lo que grito el borracho, (que ignoramos si recordó lo que dijo al día siguiente). En el plantea que "las pinches ideas", (que incluirían reconocer y agradecer el sacrificio de Monseñor Romero siguiendo la línea embriagada que inspiro al escritor), no solo resultan mala onda sino que pueden además resultar "peligrosas". Luego, aumentando incluso la dimensión del argumento etílico, nos advierte que las "pinches ideas", esos pensamientos que andan por ahí sin supervisión, como ganado en soltura, "tienden a matar en proporciones genocidas".  Tuve que volver a leer el párrafo, como tres veces.
Solo atiné a reaccionar pensando:  Veeeeeeerga!!!, (acento a lo maracucho).
Me sorprende que Ibsen, (el venezolano, no el noruego) me utilice como ejemplo para forzar una denuncia sobre el "peligro de las ideas", sean estas "pinches" o no. Desafortunadamente, el escritor no brinda una explicación que nos permita identificar cuando una idea deja de ser buena para convertirse en "pinche", ni como puede dejar de ser "pinche" para convertirse en buena. Imagino que si la idea proviene del sector ideológico que él apoya entonces será, en el peor de los casos buena, y en el mejor de los casos,  extraordinaria.  De ser así, el articulo adquiere un sesgo cognitivo que exhibe una de las razones por las cuales la “oposición" no logra aun producir un mayor respaldo de la población en Venezuela, aunque se caiga en pedazos la credibilidad de su gobierno y el pueblo por fin reconozca la inexcusable mediocridad de la administración de Maduro. Quizás Maese Ibsen equipara mi comentario al tipo de consigna panfletaria de los años 60, utilizadas por la Izquierda y por los ambidextros para estimular a las masas, intentando simplificar complejas realidades en frases fáciles de repetir. Pero ni eso justifica su descalificación de lo que dije.
La actitud anti-panfleto, que también comparto y de la que trato de alejarme en mis letras, no quiere decir que el argumento de algunas consignas sea erróneo. “El pueblo unido jamás será vencido”, por ejemplo, suena a demagogia pero no lo es. ¿Que puede vencer a un pueblo unido? Nada. Los pueblos se vencen a si mismos, sea por actuar como dedos y no como manos, sea por compartir de la corrupción de sus dirigentes. La cara invisible del fracaso de la revolución es mucho más compleja, Ibsen, comenzando por la pregunta ¿hubo alguna vez tal revolución, mas allá de los cambios constitucionales, golpes, rebeliones armadas y ahora desplantes pseudo "socialistas"? Y que decir de la decepción, o fracaso del sistema democrático, cuando fue administrado en tu tierra a la manera adeca y copeyana?
La Venezuela que produjo a Chávez como alternativa política procuraba la sacudida social que desplazara a los partidos político-empresariales y su codicia insaciable, los que durante décadas propiciaron la corrupción y el robo de los recursos públicos, dejando al país sin oportunidades, en especial para el sector popular. Esa sacudida, legítima por ser el producto de la cólera de un pueblo vejado, fue reemplazada con un  sistema mal diseñado, desprestigiado y descartado en otras latitudes y que, a pesar de su promesa inicial de transformación se convirtió en una rígida y absurda línea ideológica que partió al pueblo venezolano en mitades, convirtiendo a la posibilidad nacional en una caricatura que hoy ni la irreverencia de un Zapata podría concebir.
La actual administración, sin el carisma de Chávez maquillando su ineficiencia, se esfuerza en crear mística y apoyo popular utilizando la demagogia y la represión, algo insostenible.  Como decía mi mamá, bruto trabaja dos veces; y a veces, ni así! 
Pero, y esto debe ser considerado objetivamente en otro foro, el problema de Venezuela parece no radicar solamente en los desaciertos del actual gobierno. La interioridad del fracaso, al igual que la del éxito, siempre resulta mucho mas compleja. Por eso, la responsabilidad por lo que ocurre en Venezuela también alcanza a los grupos opositores. Por eso, nadie merece o debe esperar nuestro apoyo incondicional.  
No logro entender por qué, cada vez que se discute sobre realidades sociales de un país, el que sale del poder culpa de todo lo malo que ocurre al que está ahora al mando, como si con cada nuevo gobierno toda la realidad nacional volviera a nacer, "ab ovo". Sobre el comentario en el articulo describiendo el aumento del crimen en la Venezuela de hoy, resulta mas imparcial considerar que la responsabilidad por la criminalidad en general radica en la pasada y presente ausencia de políticas de estado que enfrenten y ofrezcan factibles alternativas y oportunidades al jetsam y flotsam humano, producto de la desintegración familiar y de su exclusión dentro del marco de producción -o explotación- capitalista, el que los regímenes democráticos adeco-copeyanos y sus adláteres en las grandes fortunas mal habidas ayudaron a crear, problemas que el presente régimen se ha encargado de empeorar con charlatanerías, e ineficiencias épicas.
Si la presente aplicación de un seudo-socialismo ha resultado hasta el momento un desastre, podemos asegurar lo mismo sobre la aplicación de la democracia, tal y como resulto interpretada por los gobiernos de corte capitalista del pasado cercano.
No perdamos el tiempo discutiendo cual de los dos sistemas resulta ser el peor. 
Lo que se requiere con urgencia es honestidad en el análisis del problema actual, la imaginación para desarrollar una propuesta viable, posible, con los fondos para producirla y la voluntad para aplicarla. Este es un problema internacional, Venezuela no es el único lugar que registra un incremento en la criminalidad en América.
De ello me ocuparé y escribiré muchas veces mas, en el futuro. Al momento pregunto, ¿existe en Venezuela un plan ofrecido por la Oposición para enfrentar, o por lo menos disminuir, el problema del crimen en el país?.  No me refiero a pronunciamientos retóricos, ni a discursos, o promesas. Hablo de una planificada propuesta, con explicación de motivos, fechas para la ejecución de proyectos, e identificación de fondos, públicos y/o privados, con los cuales hacerlos realidad . ¿Ese plan se ha hecho público?  Mas allá de la necesaria denuncia de un problema, también resulta necesario que los críticos presentemos propuestas para su solución, o al menos alivio. 
Amigo Ibsen, no puedo aceptarte que la frase, "Matan a la gente pero no matan a la idea" sea "una pinche idea". Tampoco que la sugieras como ejemplo de las expresiones que pueden producir muertes en "proporciones genocidas". 
Lo que sí ha contribuido a producir genocidios, por siglos, es la indiferencia cívica, el silencio internacional ante la violencia racial, social o política, y la ceguera ideológica de gente que se considera, con la mejor intención, como los únicos poseedores de la razón aunque no puedan ver nada ubicado mas allá de las orillas de su prejuicio.  
En el sector que supongo integras existen estos ejemplos también; no todos están solamente dentro del desgobierno que con razón opones.  Las ideas no son peligrosas. Deben ser evaluadas objetivamente y se sostendrán o no en el tiempo, de acuerdo con la razón y el mérito que posean. Censurarlas antes de ser siquiera discutidas no es democrático, ni es inteligente. Generalizar, el agrupar indiscriminadamente conceptos que no han sido examinados, condenándolos sin un juicio previo, eso es lo que define a las dictaduras que imagino también opones.
En Panamá, por ejemplo, hacemos un esfuerzo por lograr que nuestro pueblo no generalice un sentimiento anti-inmigrante que se empieza a sentir por el éxodo que desde tu país al mío va en aumento a consecuencia de la situación política. 
Algunos venezolanos, especialmente los de alto poder adquisitivo, llegan con una actitud de superioridad y de soberbia como la que contribuyo a producir la reacción popular que llevo a Chávez al poder y que en parte ayuda a explicar la caótica situación, enredada y dividida, que hoy se vive en esa hermana nación.  
Compran dos casas en un barrio de lujo y de pronto se creen dueños del país, y con una condescendencia que ofende, tratan a sus anfitriones como si fuesen siervos.
Pero esos son algunos, no todos. Por eso, no debemos generalizar. Hay muchos venezolanos que han venido a nuestro país con respeto, agradecen nuestra acogida y se integran a nuestra sociedad y costumbres. Si permitimos la generalización, si no utilizamos el criterio objetivo, entonces se condenaría a todos por unos cuantos. Eso no puede ser excusado. Ni en Panamá, ni en Venezuela. 
Ojalá amigo Ibsen no te unas a los que creen que quienes no coinciden con sus ideas y posturas son idiotas. En la antigua Atenas, la palabra "idiotes" describía a la persona egoísta, obsesionada con su exclusiva posibilidad de avance económico y su interés personal, desligándose de los asuntos de la cosa pública, los que atañen al interés colectivo, el de la comunidad. Desde esa perspectiva, para los antiguos griegos todos nacíamos idiotas, hasta que la formación y la educación se encargaba de transformarnos en ciudadanos. Una forma de no ser idiota es evitar la generalización. 
A mis casi 67 anos he aprendido que lo importante al discutir es no perder el sentido del humor y mantener la honestidad y ecuanimidad en la presentación del argumento, algo así como lo que intentó nuestro amigo Cabrujas, con "El día que me quieras". 
El enfrentar su desilusión política no lo llevo a la quema de todo lo aprendido. Luego de un examen honesto rescato, como Eneas, sus lares y penates y avanzo hacia un nuevo inicio, formado desde una perspectiva mas educada y objetiva.
Irse por el camino que escogió Ibsen si puede representar un peligro serio y confieso que no acabo de entender sus motivos, a menos que haya mal interpretado la lectura.
Resumiendo: 
El escritor Ibsen, venezolano, 
a) Redactó un análisis político partiendo de lo que oyó decir a un borracho en un baile, 
b) Utilizo mi frase, "Matan a la gente pero no matan a la idea", (dedicada a la memoria del Salvadoreño Oscar Arnulfo Romero), para identificarse con lo planteado por el beodo ("maten a las pinches ideas para que dejen tranquilas a las personas", 
y,
c) Agregó de su propio albedrío su opinión concurrente, sobre lo efectivamente peligrosas que pueden resultar las "pinches ideas".
Pregunto: ¿el "dejar tranquilas a las personas", incluiría el "no molestar" a las que asesinaron a Romero? 
¡Ojo con la generalización, güey!  
Que no se puede tener la corona de espinas y las treinta monedas de plata a la vez.
Un abrazo,
Rubén Blades | Los Angeles, 3 de julio,  2015 


http://rubenblades.com/rb/2015/7/3/comentario-al-articulo-de-ibsen-escritor-venezolano.html

sábado, 4 de julio de 2015

Más ‘raspao’ para el mundo

Los invito a leer y compartir éste artículo que escribió mi sobrina: Juliette Chevalier


El mundo es super cool, a menudo damos esto por sentado. Vivimos en la burbuja del lugar en el que estamos y con la gente de la que nos rodeamos. Pensamos que América es el centro del universo y nos olvidamos de que la mayoría de la población mundial está, de hecho, del otro lado del charco.
El semestre pasado tuve la oportunidad de darle la vuelta al mundo en un recorrido que tardó 112 días a bordo de un bote. Salí de Estados Unidos y crucé el Pacífico para luego recorrer Asia, África y terminar en Europa.
Visité el país más budista del mundo, un McDonalds vegetariano y tres de las siete maravillas del mundo. Volé en un globo aerostático por encima de las 2 mil 200 pagodas de Bagan, me tiré en paracaídas en Namibia, nadé con tiburones blancos en Sudáfrica y me puse un sari cuando visité el Taj Mahal. Pero sin importar lo radiantes que fueran los lugares que vi, la realidad es que ninguno le llega a los tobillos a mi Panamá.
El mundo es súper cool, pero Panamá es mejor, más que nada porque es mí país. Aunque yo no lo fundé, lo defino y lo represento por el simple hecho de portar mi documento de nacionalidad, mejor conocido como cédula. Y sí, por supuesto que estoy parcializada. Pero considero que eso es irrelevante, porque después de ver todo lo que otras naciones tienen que ofrecer sigo con una pregunta que no puedo sacarme de la cabeza: ¿Qué es lo que en realidad hace único a Panamá? ¿Qué lo diferencia del resto de los países latinoamericanos que, con igual sazón y calor, invitan al resto del mundo a visitarlos?
Sin ganas de pelear contra esa gran fuerza que es la globalización, si algo aprendí de mi travesía es que entre más globalizado es un país, más pierde su esencia. No es que no necesitemos a los inversionistas de afuera, o las marcas internacionales o los edificios altos. Necesitamos todo eso. Panamá se fundó con esa diversidad global que nos caracteriza desde los tiempos de las ferias de Portobelo, antes de que tan siquiera el país fuera considerado como un Estado soberano. Pero ahora los edificios altos tapan el sol que ya no alumbra en mi ventana, yo me visto igual que lo hace el resto del mundo y cada día mi ciudad se parece menos a Panamá y más a Miami, perdiendo así su identidad.
De manera semejante a alguien que reflexiona sobre qué quiere llegar a ser como persona, creo que a Panamá le toca pensar adónde quiere llegar como nación. El país vive una etapa clave de su historia: contamos con dinero para hacer los cambios que queremos ver reflejados en las calles y la motivación para hacerlo ya. Tenemos dos opciones: la primera, podemos convertir a la ciudad de Panamá en una de las más apáticas del mundo, con rascacielos uno al lado del otro, pero sin lugares para ir; o podemos hacer que sea una de las más reconocidas, por la música en las calles, por los conocidos grafitis, de polleras y tembleques, por nuestras excelentes obras teatrales y la creatividad que rodea nuestras calles.
No dejemos que la avalancha de la globalización haga a un lado la receta de nuestro sancocho, el raspao o el helado tableño. Preservemos, apoyemos y valoremos la cultura e identidad nacional. Démosle color y sabor al cemento, y no permitamos que nadie nos diga qué tenemos que hacer ni cómo.
¡Hagamos de Panamá un país único, por ser nuestro!

En el mundo de la política

  Inicio advirtiendo que este artículo no pretende convencer a nadie sobre como debe ejercer el voto para las próximas elecciones. Todos p...