jueves, 23 de julio de 2015

¿Y QUIÉN GANÓ EL PARTIDO?

Desde anoche he estado recibiendo mensajes y comentarios de varios países vecinos, sobre el triste resultado del partido Panamá-México, que dentro del marco de la Copa de Oro, se disputó la noche de ayer, 22 de julio, fecha que debe quedar marcada como el hito en que todo un mundo, pues la prensa y dirigentes de Europa y América, han criticado la actuación del árbitro, el estadounidense (por favor es de Estados Unidos, no todos los americanos somos de ese país) Marc Geiger, se declare hastiado con lo ilegal.

Hoy he leído, visto y escuchado comentarios y críticas aparecidas en diarios y redes sociales originados en Estados Unidos, Argentina, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Argentina, Gran Bretaña y hasta el propio México, donde todos coinciden en que a la selección mexicana, conocida como el Tri, se le “ayudó” por decir lo menos para llegar a la final de éste torneo regional, que se juega desde el año 1991.

 Detrás de toda la polémica surgida por la actuación de quien nunca debió ser un protagonista, sino un intermediario, del resultado final, surgen varias cosas que deberían considerarse.

No existen en la región los equipos grandes y pequeños. El Caribe se creció y fue el gran protagonista de la Copa en su versión 2015. Jamaica, Trinidad y Tobago y Haití, impusieron un juego diferente, refrescante e innovador, que impresionó y “dejó en la cancha”, como se pudiera decir en el béisbol, a grandes y tradicionales potencias.

Centroamérica nos quedó debiendo. No vi a la misma y aguerrida Costa Rica que tanto júbilo nos dio en el Mundial de Brasil el año pasado. La inconsistencia de los otros países nos hace pensar que la sub región centroamericana necesita de sangre fresca, partiendo desde la dirigencia, pasando por la dirigencia técnica y llegando hasta los propios jugadores.

Mi pequeño pero gigante Panamá, volvió a demostrar que está entre los grandes de la región. Siempre he sido crítico de ´”La Roja” y lo seguiré siendo cuando vea o presienta que caminamos por el camino que no nos llevará a ocupar mejores puestos. Lo dije y reitero que nuestra Federación se equivocó con el Director Técnico contratado. Una persona que es abusador de mujeres, que no sabe manejar su temperamento y que prefiere proferir insultos de grueso calibre, en lugar de tomar las medidas que el equipo requiere no se merece ser el capitán de esa nave.

Nuestros jugadores, fueron de menos a más. Sin embargo reitero que hay varios a quienes hay que hacerles su merecido reconocimiento e invitarlos a que den el paso a un costado para hacer espacio para las nuevas figuras que vienen preparándose en las categorías menores. Nuestra sub 23 y Sub 17 han demostrado con creces su superioridad en la cancha. Debo destacar la labor de algunas nuevas figuras que, dentro de la selección mayor,  han demostrado grandes quilates, entereza, fortaleza y la pasión que éste noble deporte requiere.

En nuestra Federación Nacional hay figuras que han demostrado su integridad y rectitud y debo respaldar sus actuaciones. Los exhorto a tomar las medidas y correctivos, no solo elevando las protestas que van atadas al resultado de anoche, sino los correctivos de manera que Panamá siga siendo de las “nuevas potencias” de la CONCACAF, sino que tengamos un lugar en la visión mundial.

El mensaje que mandó el organismo que rige el fútbol regional  la noche del 22 de julio, es nefasto para el deporte, para la juventud y para la afición. A quienes venimos trabajando por el rescate y fortalecimiento de los valores cívicos, éticos y morales, nos tiraron un balde de agua fría, peor que la que reciben los directores técnicos de parte de sus jugadores cuando ganan un campeonato y esto no debe ser tolerado por nadie.

Triste, por decir lo menos, fueron los comentarios del director técnico y el jugador mexicano que cobró el polémico penal, donde justificaron la acción del árbitro, diciendo que como a ellos se los habían hecho, era correcto que ellos lo hicieran. ¿No les llamó la atención que les hubieran “regalado” dos penales en 4 días? Pero al final, ¿no se le puede pedir peras al olmo, verdad?

No puede ser que el dinero y las componendas basadas en éste, que tanto daño le están haciendo al Fútbol Asociación (no se llama soccer, por favor), sean el ejemplo que vean los miles de niños que a nivel regional y mundial aspiran a un mejor futuro, basados en la honestidad, integridad y “juego limpio”.

Hoy, la región, el continente y el mundo debemos elevar nuestra voz de protesta y considerarse de luto, no por el resultado del partido, no por los millones que se ganará la CONCACAF con los partidos sub siguientes o por los que le hubieran podido pagar al árbitro Geiger, sino por el daño que, con el mal ejemplo, le están mandando a esos jugadores que entregan todo en la cancha y por los miles de niños y jóvenes que vienen detrás.


¡No a la corrupción! ¡No a la intolerancia! ¡No a la discriminación!
¡SI AL JUEGO LIMPIO! ¡SI A LA HONESTIDAD! ¡SI A LOS VALORES!

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