lunes, 18 de julio de 2022

¿Qué puede pasar en Panamá?

 

A raíz de la crítica situación que se vive en Panamá, han aparecido toda clase de propuestas o sugerencias de qué se debe o no se debe hacer, para buscar una solución a un problema que no inició hace 3 semanas, tiene aristas desde hace mas de 10 años.

Los que pensábamos que la pandemia iba a hacernos tomar un poquito de conciencia sobre la realidad nacional, nos equivocamos y hoy vemos nuevamente reflejados los diferentes Panamá, que existen y que son una realidad, pero que mucho se siguen negando a ver y a tratar de conjugar.

En Panamá no necesitamos una lucha de “clases” como a muchos les gustaría que hubiere. Los cierres de vías, manifestaciones y protestas de las cuales hemos sido testigos en las últimas semanas, nos han impactado a todos, así como afectó la inacción del gobierno central, durante toda la 1ª semana de la crisis.

Es mi opinión que el detonante de lo sucedido fue por un lado el vídeo de la fiesta de celebración de los diputados brindando y burlándose del mismo pueblo que los eligió y por el otro, la fiesta de cumpleaños de la rectora en Chiriquí, que le sacaba la lengua a todo el mundo mientras “tiraba besitos” a los que la apoyaron para hacerla.

La génesis inicia mucho mas allá, con un expresidente que se dedicó a debilitar todas las instituciones del país; no respetó ni siquiera el Canal, que es considerado como nuestro principal recurso. Esto ha permitido que las instituciones que deberían velar por los intereses de la mayoría, no lo hagan y cuando alguno resuella, lo hace tardíamente.

Otro gobernante que no hizo a lo que se había comprometido; recibió una economía agobiada en deudas y cuando terminó, dejó la economía supremamente magullada.

Y llegó el siguiente, que entre la pandemia y la corrupción lo que mas recordaremos fue el nivel de endeudamiento que deja y peor aún, que no se usó para proponer una recuperación mas rápida, sino que la malgastó en contratar amigos y allegados los cuales no aportan nada ni a la economía ni al país.

Con esta situación frente a todos, el interior del país detectó el talón de Aquiles del gobierno y se dio cuenta que los cierres de calles y avenidas era lo que se requería, para que el gobierno atendiera sus demandas. Y estilo pre-república, desde fuera de la capital hacia ella, inició una serie de manifestaciones que, a pesar de aún no haber finalizado, tienen a un segmento del país muy afectado y seriamente debilitado.

Los ciudadanos palpamos un desconcierto, no solo de parte del gobierno, sino de las mismas fuerzas vivas que están afectando la circulación a nivel nacional.

Hay un nivel de desconfianza tan grande, que hay sectores que desconfían hasta de la propia Iglesia Católica, otrora garante de la confianza ciudadana.

¿Qué se puede hacer?

Iniciar por el principio… Los manifestantes inician pidiendo ajustes en 3 rubros: Gasolina, Alimentos y medicamentos. A duras penas, se ha logrado un consenso en el primero.

Yo les propondría a las partes en conflicto lo siguiente:

1ª Etapa:

-         El gobierno central ordena el cese de los contratos de todas aquellas personas que hubieren sido recomendados por los diputados de la nación.

-         El gobierno central ordena la destitución (o renuncia para que no se vayan tan ofendidos) inmediata de los jefes de las carteras de salud, gobierno, desarrollo agropecuario, obras públicas, seguridad y turismo.

-         Las organizaciones que mantienen afectado el tránsito vehicular, se comprometen a abrir TODAS las vías afectadas en un horario especial, que podría ser de 6-8 a.m. y de 5-7 p.m. de manera que pueda transportarse alimentos de primera necesidad, combustible, medicamentos e insumos médicos de uso en clínicas y hospitales a nivel nacional.

2ª Etapa:

-         El gobierno central accede a sentar a sus mas calificados representantes para abrir una sola mesa de negociación nacional, en el lugar que sea determinado por las organizaciones en conflicto.

-         Las organizaciones involucradas, se comprometen a sentar en las mesas de negociación a sus dirigentes mas capaces y que cuenten con la capacidad de negociación y aprobación de acuerdos.

-         A la Asamblea Nacional se compromete a eliminar radicalmente sus planillas 172 y 080 dentro de los próximo 10 días.

-         Los empresarios que venden productos de alimentación se comprometen a, mientras dure la crisis mundial iniciada por el petróleo, a que su ganancia se vea reducida a la mitad, para que, de esta manera, el consumidor final solo le corresponda asumir la mitad del incremento producido.

-         Se garantice la libre movilización de la población a nivel nacional, sin retenes ni cierres de calles por un espacio mínimo de 60 días.

3ª Etapa:

-         Se debe establecer una mesa permanente de negociación que deberá reunirse no menos de 2 veces al mes por un espacio de 6 meses, de donde deberán salir propuestas para que el costo de la vida se pueda reestablecer a medida que la crisis mundial se vaya aliviando.

4ª Etapa:

-         El gobierno central deberá convocar a un gran plebiscito nacional para dentro de un máximo de 3 meses, donde se formule una sola pregunta: ¿“Quiere usted que se convoque a una Asamblea Constituyente”?

 

Todo lo demás se puede negociar y así promover las mejores cosas para nuestro Panamá.

Este país es de todos y todos tenemos la obligación de velar por él. Trabajemos en la conciliación y en la unión de nuestra gente, incluyéndonos a nosotros mismos.

¿QUÉ PASÓ EN COLOMBIA?

 



Lo sucedido en Colombia el domingo, debe llamarnos la atención a todos. Aún no “enciende las alarmas”, al menos todavía no

Lo que si es cierto es que Colombia sigue siendo un país dividido. Un gran destino turístico. Un país de gente ingeniosa y trabajadora. Un gran país.

Los que vimos la contienda desde fuera, nos dividimos en 2 bandos: Uno de desconfianza y el otro de esperanza. La realidad es que el martes muchos colombianos se tendrán que levantar, hacer largas filas para tomar un autobús, laborar las mas de 8 horas que se les exigen y regresar tarde a sus casas para tratar de compartir un corto tiempo en familia. Los otros, llegarán un poco mas tarde a sus trabajos y tratarán de desmeritar el triunfo de Petro, discutirán con sus amigos sobre lo que se hizo o no se hizo mal y darán recomendaciones (tal cual lo hacen cuando pierde su equipo de fútbol el domingo anterior).

¿Que hay dos Colombias? Claro que las hay. Y cuidado que un par más. ¿Qué Colombia es uno de los países más desiguales del continente? También es cierto. ¿Que los políticos tradicionales, no han querido darse cuenta? Cierto. ¿Qué lo van a aceptar? De esto, no estoy tan seguro.

Hasta una semana antes del día de las elecciones, Rodolfo Hernández iba a ser el próximo presidente. Las 3 semanas desde la 1ª vuelta fueron fatídicas para él. Por un lado, Petro concentró su campaña en dejarse ver como el anti uribista por excelencia, lo cual no le costaba mucho. La campaña del “ingeniero” no hizo gran cosa. Encima la salida de los “Petrovídeos” no tuvo el impacto que esperaban, no así la fiesta en el yate que pintó al candidato como un playboy (error de previsión). 

Todo esto fue caldo de cultivo para que los que le tienen miedo al expresidente Uribe y un segmento de los indecisos votaran por el riesgo que pudiera significar Petro, como el menos malo de los 2.

El viernes pasado, conversando con un muy buen amigo colombiano residente en “la costa” le comentaba que amigos me habían manifestado su intención de voto: Voto por Petro por convicción, otros votarían por miedo a otro gobierno uribista, otros votarían en blanco y otros votarían por “el ingeniero” por miedo a que Colombia se convirtiera en otra Venezuela. Lo interesante era que sólo uno de con quienes hablé votaría con Rodolfo por convicción. Eso me hizo llegar a la conclusión que Petro podría ganar, contrario a lo que Yo mismo había afirmado anteriormente. Pensé que sería mas apretado, pero mas de 700.000 votos es significativo.

¿Qué viene ahora? Dudo que haya una migración desmedida de población o de capitales. Al menos por ahora. Habrá que esperar a ver cuáles son las medidas que tome el nuevo gobierno.

Mientras tanto, la región y en especial Panamá, debemos mirarnos en ese espejo. El populismo de izquierda y de derecha son malos. Conducen a un autoritarismo, como el que vemos en otros países vecinos. Hay quienes dirán “Panamá no es Venezuela” y me imagino que ahora dirán que tampoco es Colombia. La realidad es que tenemos los mismos ingredientes para el mismo sancocho.

Si no lo queremos ver, “será nuestro problema”. Aquí tenemos diferencias sociales, que se “descubrieron” durante la pandemia, pero hay ciegos que aun así no las quieren ver. Los genios economistas del “Charro Mexicano” no tienen la menor idea de lo que hablan. El clientelismo es pan para hoy y hambre para mañana.

Nadie sabe lo que pasará en Colombia y mucho menos en Panamá, pero si las alternativas que nos ofrecen son uno que cree que la plata lo compra todo (que a lo mejor ni candidato será), otro que no sabe si va para adelante o para atrás, otro que habla y no propone y otro que muchos ni le creen ni respetan, cuidado “nos sale una bruja” y no necesariamente será de Monagrillo, como le gustaban al inolvidable Moyo Icaza.

 

 

 

En el mundo de la política

  Inicio advirtiendo que este artículo no pretende convencer a nadie sobre como debe ejercer el voto para las próximas elecciones. Todos p...