La próxima semana en varios países se inicia el carnaval;
irónicamente se dice que es lo único que los panameños tomamos en serio. Lo que
si es cierto que uno de los pocos rubros en que destacamos contra nuestros
vecinos del continente; somos los que tenemos el récord de mayor consumo per
cápita de cerveza.
Las fiestas carnestolendas se han venido celebrando en Panamá
de manera oficial, desde 1910, en el que el entonces alcalde capitalino, José
Agustín Arango, oficializó mediante decreto alcaldicio las fiestas que desde
varios años atrás, los esclavos de origen africano ya celebraban en la región
de Azuero.
Se dice que los carnavales nacen en la antigua Roma, como una
fiesta pagana en honor del dios Baco. Durante esas fiestas todo se desordenaba,
siempre acompañadas de abundante licor, vino principalmente.
Este año, por una de esas coincidencias, el inicio de la
campaña política que debe culminar con las elecciones del 5 de mayo, se junta
con la semana donde las reinas de muchas lugares en el país son coronadas e
inicia la juerga, el desorden, el consumo de licor y según se dice, la
gestación de muchos niños que nacerán en noviembre.
Es indiscutible que el carnaval es la fiesta del panameño, a
quienes, como cosa no tan común en el resto del continente, hacemos de las
elecciones una verdadera fiesta democrática. En el carnaval se puede a gente de
todos los estratos sociales echarse agua, confeti y hasta las infames harina y
añil, sin ningún tipo discriminación. Todos nos unimos para disfrutar ya sea en
los parques del interior de la república, en los populares toldos, en los ríos
de varias localidades, en el mar o en la cinta costera capitalina. Lo
importante es que haya agua; mucha de ella.
Ojalá tomáramos ese comportamiento de unirnos y disfrutar
todos juntos, que hemos practicado con anterioridad, durante la campaña
política que se nos avecina. Al final del camino todos somos panameños. Todos
debemos ir a trabajar el 6 de mayo y todos estaremos pendientes de la toma de
posesión del nuevo presidente el 1 de julio. Eso precisamente es lo que necesita
el país.
Si el 2 de julio empezamos a criticar y no permitir que la
persona electa, desarrolle el plan de gobierno que nos presentó y sencillamente
hacemos algo en lo que somos profesionales criticamos por el simple hecho de
criticar, flaco favor le estaremos haciendo al país, que necesita de todos sus
buenos hijos.
Como ciudadanos tenemos el derecho y deberíamos tener la
responsabilidad (para no decir la obligación) de participar de la política.
Estén o no estén inscritos en un partido político, como ciudadanos tenemos ese
compromiso. Esa es la verdadera democracia.
Yo exhorto a todos mis amigos que impongamos una moda: Si
vemos o escuchamos a alguien practicando el “hobby” preferido de criticar sin
fundamento, repitiendo alguna locura que leímos en las redes o sencillamente
inventando alguna de esas locuras que alguien dice y el resto repite, por
favor, llámenle la atención.
Mientras mas repitamos, copiemos y republiquemos alguna
descalificación a priori, menos de la gente buena querrá involucrarse en
aspirar por un cargo de votación. A nadie le gusta que se le calumnie, que solo
serviría para desprestigiarlo. Motiven a esos criticones profesionales, que
practiquen la recomendación de “No repostear (o repetir) sin verificar”. Créame que si usted repite algo que luego se
comprueba que no es cierto, el que va a quedar mal es usted.
Los exhorto a disfrutar la campaña política como disfrutamos
los carnavales. Destaquemos lo bueno de los candidatos. No creo que ninguno de
ustedes quisiera que lo metieran en el mismo paquete que varios de esos
sinvergüenzas que nos han gobernado en los últimos años, que nos han mentido,
que han trabajado para beneficiarse ellos mismos, esparciéndo algunas migajas a
quienes los colocaron en esos puestos.
No permitamos que se popularice esa desgracia de frase de
“robó pero hizo”. Como panameños nos debería dar pena que se nos considere
cómplices del desfalco a la nación a cambio de ver hacia otro lado. Ojalá los
panameños escojamos a personas con las calificaciones y experiencia que se
requiere para sacarnos del lodo en que algunos malos gobernantes y políticos
nos han querido ahogar.
Habrá quien me tilde de iluso, pero creo que todo es posible
y mas si en nuestras manos está el poderlo hacer. ¡Disfrutemos del carnaval y de la campaña!
Artículo publicado originalmente en el Diario La Prensa de Panamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario