Hace varios años atrás, en junio de 2016 para ser más
exactos, los ciudadanos del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
votaron por un estrechísimo margen, la salida de esta nación de la Unión
Europea.
Como consecuencia de este acto, El Reino Unido a partir de
las 00:00 horas del 1 de febrero de 2020, no pertenece ni tiene los vínculos
que otrora disfrutara con el resto de la Unión Europea, conglomerado conformado
por 27 naciones ubicadas en el continente europeo que existe como tal desde noviembre
de 1993.
¿Qué tiene esto que ver con Panamá, aparte que la embajada
del Reino Unido no iza la segunda bandera azul con estrellas amarillas a su
lado? La mayoría de quienes leen este artículo de opinión pensarán que muy
poco. Y es muy razonable esa forma de pensar.
La realidad, que más que en el fondo de lo sucedido, es la
consecuencia del referéndum que se llevó a cabo en junio de 2016, para decidir
si se quedaban o no dentro de la Unión Europea. Curiosamente, el día después
del referéndum en mención, las búsquedas más populares en el Reino Unido
fueron: ¿Qué es la Unión Europea? Y ¿Qué significa Brexit?
Ahí radicaría, a mi juicio la similitud entre las
manifestaciones, protestas, cierres de calles, etc. que se dieron por 5 semanas
en Panamá, pues estoy seguro que, si hoy le hiciéramos esas mismas preguntas a
los cientos de miles de personas que salieron a protestar, no habría una
respuesta unánime.
Inclusive me atrevería a asegurar que si se hiciera un
referéndum sobre la operación de la mina y las opciones fueran las siguientes:
-
Está
usted de acuerdo con el cierre total de la mina en Donoso
-
Está
usted de acuerdo en la renegociación de un contrato más beneficioso para la
República de Panamá y con mayores compromisos ambientales del concesionario en
el tema de la mina de Donoso
-
Está
usted de acuerdo con que el gobierno de Panamá opere la mina de Donoso bajo la
modalidad Alianza Público-Privado
Nos sorprenderíamos de los resultados que arrojaría dicho
referéndum, pues creo, que la población panameña no está totalmente ilustrada
sobre la génesis de la concesión de la mina, el procedimiento requerido y las
consecuencias del cierre de la mina.
Como se dice en el argot popular, “primero vienen los tragos,
luego la juma y al día siguiente la goma”. Lo que pasa es que esa es una resaca
bien cara, para quienes gobiernen y para la población en sí. Pues además, la
ley que llama a la moratoria, “encadena” al país en tema de explotación minera.
La democracia representativa que vivimos la mayoría de los
países vecinos nos ha permitido elegir y ser elegidos. Sin embargo, el abuso y
“acomodo” del sistema electoral nos ha llevado a un clientelismo exacerbado del
cual pocos ven con posibilidad que se corrija.
La realidad es que los panameños desconfiamos de todo el
mundo. No nos gusta leer cualquier escrito que tenga más de 10 líneas y según
nos dice la señora “Prisa” si leemos, no es mucho lo que entendemos. Ahora, si
el gobierno y la mina, en lugar de gastarse los miles que “invirtieron” en los
medios promoviendo la aprobación del contrato ley, hubieran hecho docencia,
otro gallo hubiera cantado. Si en lugar de “amenazar” hubieran practicado las
costumbres con las que debieron haberles enseñado sus maestros en la escuela,
quizás, solo quizás hubiera habido mejor disposición. No sucedió.
La Asamblea nacional estaba convencida que la población iba a
hacer igual que ellos, aprobar el contenido del contrato que eventualmente se
convirtió en el contrato ley que aprobaron a “tambor batiente”, con el
consecuente resultado. El gobierno central se convenció, como anotamos en otro
artículo publicado aquí, que llegado el 3 de noviembre al “pueblo” se le
olvidaría ese tema y que saldrían a celebrar el mes de la patria “en una alegre
comparsa” o desfile. Como advertimos, se volvieron a equivocar.
Llegado el 5 de mayo de 2024, los panameños debemos dejar de
un lado los televisores, los refrigeradores, abanicos y todos los regalos que
les han dado por fin de año, así como los bloques, zinc y cemento con los que
los Santa Claus criollos abusan del sistema clientelista en que nos han sumido
y pensar en qué queremos para nuestros hijos y nietos.
Panameños: En mayo de 2024, no reelijas a ninguno de los que
votaron (o no fueron a votar) ni a ninguno que se les parezca. Investiga,
estudia y lee quienes son los que quieren convencerte y escoge solo a los que
de verdad te convenzan de que realmente quieren un mejor Panamá pero para
todos.
¡Feliz Navidad para todos!
Artículo publicado originalmente en el Diario a Prensa www.prensa.com
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