jueves, 2 de abril de 2009

¿ALIANZAS PARA QUE?

Todavía existen puentes que tienen colocado un letrero de bronce que dice algo como así como “donado por la Alianza para el Progreso”. Sin embargo son pocos los que recordarán lo que dicha alianza debió representar para varios países latinoamericanos. Y digo debió representar, pues por desidia, malos manejos y tantos otras bellezas, los fondos destinados no cumplieron su fin. La Alianza para el Progreso fue una iniciativa del gobierno de los Estados Unidos de América para asistir a los países en vías de desarrollo de la región latinoamericana, para la construcción de puentes, carreteras, escuelas, etc.

Muchos años después de ésa alianza y gracias en ésta ocasión a la iniciativa de la sociedad civil y el respaldo de organizaciones como las Naciones Unidas y nuevamente de la agencia de asistencia para el desarrollo del mismo gobierno norteamericano, nace en Panamá una organización que agrupaba a las mas prestigiosas organizaciones no gubernamentales, universidades y pensadores que tenían que ver con la administración de justicia en Panamá, con el ánimo de ayudar al órgano judicial panameño en el fortalecimiento de los cimientos sobre los cuales se estaba construyendo un aún endeble sistema legal panameño.

Con esto en mente inicia una ardua labor (como podrán imaginar), que debió iniciarse a una velocidad “de atraso” y con recursos limitados pero con una brújula que indicaba una ruta claramente definida, con metas trazadas y muchas ganas de convertir el sistema judicial panameño en un espejo en el que pudieran reflejarse todas las instituciones del país y de la región.

En los dos años que ha venido funcionando, la Alianza Ciudadana Pro Justicia, dirigida por Magaly Castillo, una profesional que se ha desenvuelto en los campos de los derechos humanos y promoción de la justicia, con mucha experiencia y sobre todo convencida de la necesidad de éste tipo de organizaciones, inició organizando charlas y seminarios, publicando boletines, artículos en periódicos, programas de radio y apariciones en programas de televisión, llevando el mensaje a las grandes masas.

El efecto no se hizo esperar, el ciudadano “de a pié” empezó a sentir que tenía a alguien que no sólo lo escuchaba sino que actuaba, que no era uno mas de los que prometía y no cumplía sino que tenía a mas de 10 organizaciones que lo respaldaban y le sugerían acciones a tomar, como debía defenderse y también cuales eran sus obligaciones como ciudadanos.

La reciente publicación de un “Manual del Ciudadano y Ciudadana” fue una de las primeras ocasiones en que las personas sintieron que les habían regalado un “librito” que les indicaba cuales eran sus derechos y también sus deberes. Igualmente no hace mucho tiempo y conjuntamente con la Procuraduría de la Administración y el Municipio Capitalino, lanzaron el primer espacio de mediación en lo que ha sido denominado “la corregiduría modelo”. Ojalá muy pronto en todas las corregidurías del país la mayoría de los problemas se puedan resolver pacíficamente sin necesidad de ocupar innecesariamente los tribunales de justicia.

La Alianza Ciudadana Pro Justicia fue la bandera que utilizó la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil durante la promoción de las reformas al método establecido para la designación de magistrados a la Corte Suprema de Justicia y Procuradores, donde han tenido una participación destacada.


El análisis periódico que sobre el estado de la justicia se ha venido haciendo, la promoción de métodos alternos de resolución de conflictos y la lucha contra la corrupción así como la defensa de la justicia como un todo, han sido el norte que ha movido a las, ahora 13, organizaciones que hoy conforman ésta gran alianza. Un pequeño pero dedicado equipo de profesionales dirigen una estrategia que busca fortalecer la justicia como una institución, mas que como cualquier otro órgano de gobierno.

Ojalá y todos los panameños, sin distingos de orientación política, profesión, raza o credo religioso nos podamos identificar con ésta alianza que muchos frutos promete para toda la ciudadanía; que ha sabido identificarse con la función que debe cumplir y la representatividad que debe tener, sin pretender menoscabar el esfuerzo de otras instituciones políticas, educativas o religiosas con las que le toca compartir experiencias.

Esta es una alianza bien diseñada entre todos los panameños de bien que luchamos por un Panamá mejor, mas justo, donde la corrupción sea una nostálgica historia, mas que una fantasía o una enseñanza utópica que le contemos a nuestros nietos. Solo unidos y trabajando por ésa Justicia, Democracia y Libertad que en los primeros 100 años de vida republicana nos ha unido, tendremos el país que todos nos merecemos. ¡Esta es una alianza que sí trabaja!

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