lunes, 30 de marzo de 2009

¿O-CHA VEZ?

Si bien es cierto este título suena más al balbuceo de un pequeñín que a otra cosa, realmente es una forma diferente de lamentar los tristes sucesos acaecidos en nuestra hermana república de Venezuela (me cuesta agregarle el otro apellido), recientemente.
A diferencia de otros que convocaron consejos (quizás usando la miseria del hermano país para aprovechar espacio en los medios para promover campañas políticas), he esperado un tanto para tragar primero y luego empezar a digerir los trágicos eventos del pasado 11 de abril.
Si se suman todos los relatos periodísticos, opiniones de los venezolanos dentro y fuera de su país, y las crónicas de periodistas internacionales que fueron fieles testigos de estos eventos, se puede deducir que hubo una combinación de situaciones que al final arrojó un saldo de muertos y heridos innecesarios, un desgaste de la oposición criolla y un desprestigio de las instituciones de ese hermano país.
Quienes hemos luchado por la defensa de la democracia por varios años, deberíamos sumarnos a aquellos que elevaron su voz de protesta en contra de quienes “pretendieron” violentar la estabilidad democrática de esa nación bolivariana. Pero hay que ir un poco más allá. Hay que investigar si efectivamente hay una democracia plena y participativa en ese país, cuando ha quedado al descubierto la existencia de un plan especial para “liquidar” por medio de las balas las críticas que producía un “minúsculo” grupo integrado por más de medio millón de venezolanos que pacíficamente protestaba en las calles caraqueñas.
La democracia fue herida, pero fue herida de la misma manera que es herida cada vez que en Cuba se encarcela a algún dirigente que disiente de la “posición oficial” o cuando en Libia o en Irak alguien se yergue para protestar contra el dictador. Pero todos estos líderes aducen ser los más democráticos del planeta ¡y más allá! ¿Qué democracia entonces defendió la OEA y sus cancilleres? ¿La que les convenía a los dirigentes venezolanos o la que les convenía a las grandes multitudes?
Ojalá y nos solidaricemos con este valiente pueblo andino que seguirá luchando para que retorne la verdadera democracia, no la de los Adecos y Copeyanos, sino la de los miles y miles de hombres, mujeres y niños que salieron a la calle para demandar democracia, justicia y libertad. La misma libertad por la que los panameños luchamos por tantos años y de la que afortunadamente hoy podemos disfrutar.
Qué lástima que fueran los militares los que “otra vez” se convirtieran en el fiel de la balanza; es una lástima que hombres que evidentemente no poseen una gran cultura (puede deducirse de la forma como se expresaban), fueran los que decidieran qué tipo de democracia debían disfrutar nuestros hermanos venezolanos.
Ojalá esto nos sirva de lección a todos los otros latinoamericanos para que participemos más activamente de la política partidista de nuestros respectivos países o dentro de organizaciones de la sociedad civil como garantes de esos derechos por los que lucharon grandes libertadores como Bolívar y San Martín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En el mundo de la política

  Inicio advirtiendo que este artículo no pretende convencer a nadie sobre como debe ejercer el voto para las próximas elecciones. Todos p...