Para hoy hay anunciada una huelga general para supuestamente protestar por la aprobación de la nueva ley de la Caja del Seguro Social. Digo supuestamente, pues si ustedes les preguntaran a los “huelguistas”, aparte de repetir como papagallos las arengas de unos supuestos líderes, ni siquiera han leído la ley aprobada.
Hacia finales del año pasado en
un artículo escrito por mí, comenté que nos esperaba un año 2025 con un camino
pedregoso en el área económica. Lo que nunca me imaginé es fuera a estar tan llenos
de piedras como lo que se está viviendo. Un buen termómetro de la economía son
las tiendas dentro de los centros comerciales y en su gran mayoría te comentan
que octubre y noviembre fueron malitos y que diciembre no ayudó a recuperarse.
Ese arrastre ha hecho que enero y
febrero, que también han sido bastante irregulares, por no repetir malos, está
presentando una situación que no podrán seguir manteniendo por mucho tiempo
más. Hay que reconocer que, a esta situación, no ha ayudado mucho las
declaraciones y acciones de quien ocupa la presidencia de los Estados Unidos de
América.
Si sumamos todo esto, no me hace
sentido que grupos como los educadores, insistan en un paro de labores y más
aún cuando ellos saben perfectamente que, al igual que los médicos, su trabajo
es imprescindibles. Si no hay niños y jóvenes educados, nos estamos condenando
a un futuro ya no gris, sino casi que negro. Y si hacemos la terrible
comparación de los niños y jóvenes que asisten a los colegios privados frente a
los que se ven afectados por estos paros, huelgas como las quieran llamar, esa
brecha de la que tanto se habla, se ensancha tan rápido como se desperdicia el
agua cuando se limpian las aceras a punta de manguera.
Todo el país sabe que
organizaciones tan desprestigiadas como SUNTRACS, tienen tanto poder de
convocatoria como son sus resultados en cada elección nacional en la que
participan con algún candidato. Pareciera que esos dirigentes sirven solo para vivir
bien y para anhelar hacer lo mismo que le critican a las autoridades del
gobierno de turno, sea quien sea. Lo que no entiendo, como algunos buenos
dirigentes de los gremios de educadores, prefieren contribuir en la ruina del
país a erguirse por encima de hasta sus propios deseos personales, para
contribuir al engrandecimiento del país.
Todo esto hace que varios
analistas políticos con quienes he conversado, pensemos que hay algo mas detrás
de todo lo que está sucediendo. Y como en Panamá los “bochinches” circulan
primero en la “Vereda Tropical de la Desinformación” y se cumple el famoso
dicho que “lo que circula como bola, termina siendo cierto”, tenemos que
considerar que debe haber un hilo conductor entre lo que sucede en las calles y
la desestabilización económica que esto conlleva, con lo que sucede en la
embajada de una nación centroamericana, en la Corte Suprema de Justicia y en la
Asamblea Nacional, cuando hasta un diputado de un partido no afín al partido
gobernante, promueve la liberación del “líder de otro partido” y un dirigente
de ese partido amenaza que no habrá paz social mientras no se haga lo que el
dueño del partido desea.
¿Es que de verdad hay quien
prefiere destruir al país para ejercer algún tipo de presión que lo lleve a
salvarse de cumplir la ley? Eso no es ser un verdadero líder, ni siquiera de la
juta directiva de un PH. Eso es ser un cobarde, misógino. que piensa que todo
tiene un precio. Y volvemos a caer en mi tema favorito: La falta de valores
cívicos, éticos y morales, tiene a nuestro querido Panamá en un proceso de
decadencia, que se acelera con el pasar de los días.
La época de los grandes líderes
que ha tenido el país como el Dr. Belisario Porras, Arnulfo Arias y Omar
Torrijos, pasó. Pero todos, con sus aciertos y desaciertos, de una manera u
otra, dejaron un legado al país. Me imagino que muchos me odiarán por destacar
el liderazgo de los últimos dos pues a ellos, o los aman o los odian, no hay
términos medios en ese renglón. Pero no me vengan a decir ahora que existe un
cuarto que todo lo que ha hecho es comprar y destruir todo por donde camina.
Eso no es liderazgo, eso es clientelismo.
Los educadores de nuestro país
aún tienen la posibilidad de intervenir para salvar al país. Aún tienen la
oportunidad de aportar e inclusive ser los verdaderos líderes que estos
turbulentos momentos demandan. El país los llama, a como dice el himno al maestro:
En sus manos no luce y destella
ni la espada marcial ni el cañón
sino el libro, la bíblica estrella
que conduce hacia la redención
Hoy, los exhorto a erguirse por
encima de hasta sus intereses personales y buscar el beneficio de sus queridos
estudiantes quienes, al igual que sus propios hijos, buscan un mejor futuro
para todos en esta gran nación.
El error, enemigo siniestro
va borrando su denso capuz,
cuando pasa triunfante el maestro
esparciendo torrentes de luz
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