miércoles, 30 de abril de 2025

ORGULLO POR NUESTRO CANAL

 

Cuando se produjo la elección de Donald Trump como el próximo presidente de los Estados Unidos de América, surgieron una cantidad de conjeturas sobre cómo sería el nuevo gobierno que inicia el próximo 20 de enero de 2025.

Para algunos no había duda que empoderado, al prácticamente tener el control de los 3 órganos del estado, gobernaría a sus anchas casi que rayando en el autoritarismo que lo ha caracterizado, tanto a él como a varios otros dirigentes tanto de izquierda como de derecha en varios países alrededor del mundo.

Sus primeras designaciones no arrojaron sorpresa alguna, inclusive la de algunos de sus postulados a importantes cargos, que optaron por declinar a estas designaciones ante el seguro rechazo de hasta sus propios copartidarios. Destaco que no han sido pocas las críticas que han venido saliendo a la luz pública, por la baja calidad de postulaciones anunciadas por el nuevo presidente.

Uno de estos anuncios fue el que hizo vía la red social X, donde anunciaba la posible designación de Kevin Marino Cabrera, un joven de ascendencia cubana, que tiene un título de la misma universidad donde se graduó la ex presidenta de Panamá Mireya Moscoso y que ejerce como Comisionado en el Condado de Miami Dade en la Florida y que, su hoja de vida, no tiene experiencia diplomática alguna, lo cual había sido una tradición de sus antecesores.

Este anuncio se produjo en medio de una polémica por las declaraciones del propio Trump cuando, basándose en algunas imprecisiones, aseguraba que la República de Panamá, “estafaba” a los Estados Unidos de América, refiriéndose a las tarifas que se deben pagar por cruzar el Canal de Panamá.

Como es conocido, el próximo presidente de EEUU aseguró que se les cobra tarifas exorbitantes a los barcos estadounidenses. Lo extraño es que las tarifas para cruzar el canal no se rigen por la bandera que porta, sino que son negociadas y anunciadas de forma pública por igual para todos. Pero mas curioso es que la gran mayoría de los barcos que tocan puertos estadounidenses no portan la bandera de las rayas y las estrellas.

Como ha sido su talante, profirió una amenaza que para muchos no tiene fundamento, cuando amenazó con exigir la devolución de la vía interoceánica si no se les reducían estos costos. Lo mas curioso es que la única forma en que esto tendría alguna forma de suceder, es que invadieran y se apropiaran de esta pequeña nación que es el eslabón que une, no solo al continente americano, sino que al mundo entero.

Su intervención fue frente a una multitud de seguidores de su “movimiento” MAGA que son las siglas de Make America Great Again  pudiera explicar de alguna manera el “sin sentido común” expresado. Este tipo de audiencia es la misma que aplaudía la supremacía de los hombres de raza blanca y que los miembros del KKK “no eran tan malos”. Por consiguiente, considero que no debería sorprendernos este tipo de declaraciones.

En la realidad lo que percibo es un cierto nivel de preocupación por la penetración de China, no solo en Panamá sino en varios países de Latinoamérica. Pero aseverar que los chinos son quienes manejan el Canal de Panamá, podría verse como una declaración sin base alguna y totalmente falsa. Irónicamente fueron los propios republicanos quienes se alejaron de sus vecinos de continente hacia el sur.

Lo que mas me llama la atención es que hay panameños, no solo residiendo en Estados Unidos de América, sino en Panamá, que defienden y promueven que los estadounidenses regresen a manejar un canal que, en su historia, nunca había operado de mejor manera, con menor accidentabilidad y produciendo mayores beneficios económicos para todos, que durante los 25 años que ha estado siendo operado por manos panameñas.

Por el otro lado, en redes sociales ha surgido otro grupo que aduce que 5 familias eran las únicas que se beneficiaban del canal antes que fuera operado y para el beneficio de los panameños. La verdad es que el papel aguanta todo lo que se quiera escribir. Antes que el canal fuera dirigido y administrado por panameños, los montos recibidos por Panamá eran ridículos, si lo comparamos con los mas de 2,000 millones de dólares anuales que se reciben hoy en día.

Los panameños hemos demostrado nuestro profesionalismo y diligencia para manejar la mas importante ruta interoceánica de la región y ha servido para el desarrollo de una infraestructura portuaria envidiable en todo el continente, ligada a una poderosa industria logística que ha ido caminando de la mano del desarrollo y engrandecimiento de nuestro canal.

Si se dice que “los beneficios del canal” se deben traducir en donaciones de comida, bloques, techos, etc. es pensar en chiquito. Es pensar en una sociedad reducida y desligada totalmente de una realidad nacional. Si bien es cierto el canal cruza el istmo entre las ciudades de Colón y Panamá, sus beneficios inciden en todo el país. El Canal de Panamá es un símbolo de identidad para los panameños, en la misma línea que Roberto Durán, Rubén Blades, Adán Ríos, Mariano Rivera, Erika Ender y tantos compatriotas que nos han llenado de tanto orgullo en los últimos años.

 

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