viernes, 29 de marzo de 2024

GANÓ PANAMÁ

 

Al final de la noche del pasado lunes 4 de marzo, se marcó un antes y un después en la historia política de nuestro querido país. Quedó demostrado que por mas dinero que uno pueda tener (o decir tener), la justicia por mas que la hagan demorar, puede y debe llegarles a todos.

Después de muchos meses o años de lucha por la justicia y por le honor del sistema judicial en Panamá, muchos panameños vemos con beneplácito, el que haya quedado en firme la condena contra un expresidente de la República, el cual ya había sido encontrado culpable de delitos tan graves como lavado de dinero para, con recursos del estado, haber adquirido bienes que posteriormente sirvieron para atacar contrincantes políticos.

En el camino queda atrás los ataques personales proferidos contra, quienes, actuando dentro del marco de la legislación panameña, nos atrevimos a poner al país por delante del dinero o de intereses personales. Por coincidencia, fueron dos distinguidas damas quienes fueron víctimas de esas afrentas que provenían de un ser que ha demostrado poco o nulo aprecio y respeto por el sexo femenino.

Estoy seguro de que, la gran mayoría de los panameños vemos con buenos ojos que se inicie recuperación de la credibilidad en la justicia y en sus principales actores. Digo la mayoría de los panameños, pues no podemos seguir montados en ese barco en el que muchos quisieran montar a los que por muchos años hemos venido luchando por la decencia y la promoción de los valores cívicos, éticos y morales.

Habrá quienes ahora querrán iniciar campañas de descalificación contra todos los que levantamos la bandera de la democracia, libertad y justicia que tanto nos costó recuperar. Estoy convencido que los ataques arreciarán y empezarán a sugerir epítetos, falsedades y medias verdades disfrazadas de mentiras y descalificaciones, para desvalorar no solo a quienes, impartiendo justicia, han procurado adecentar no la política sino la sociedad panameña.

Hoy, los panameños de bien, en especial quienes hemos venido trabajando en favor de la democracia y de los valores, recibimos un espaldarazo a esa labor que no pocas veces hemos dudado si valía la pena seguir, arriesgando familia, negocios y hasta su propia credibilidad.

La transparencia con la que se ha actuado en este caso debe marcar una nueva forma de actuar. Cónsona con los nuevos métodos de anunciar justicia. Si para ello deben actualizarse normas y leyes, pues que se haga. Pero creo que debemos arropar a esas magistradas que, desde la Corte Suprema de Justicia, se atrevieron y emitieron “en nombre la república y por autoridad de la ley” a confirmar que lo actuado por dos cortes inferiores.

Ojalá todos los funcionarios fueran como por ejemplo la Magistrada Maribel Cornejo B., quien ha compartido un resumen de su actuación en el año anterior anualmente desde su designación. El pueblo tiene el derecho a saber como actúan sus funcionarios, sin importar lo alto de su cargo.

Este triunfo de la justicia debe atribuirse no solo a las cortes, pues vale la pena mencionar la lucha incansable de varios medios de comunicación como éste, que ha sido vilipendiado y atacado, por el simple hecho de defender lo que había que defender y hacer público lo que muchos sabían y no se atrevían a decir.

A finales del año 2022 y en enero de 2023, este servidor previó que el lavador de activos, hoy condenado, no sería candidato a la presidencia de la República. Así quedó plasmado en artículos de opinión publicados en este medio y en intervenciones que, como analista político, expresé. En su momento se me formularon descalificaciones como a las que me refiero más arriba, fui comparado con la famosa canción de Rubén Blades que habla de “Madame Kalalú” o donde se cuestionaba el lugar donde había adquirido la “bola de cristal”.

Cuando se hace análisis político de forma desapasionada y sin remuneración económica, uno estudia, lee y hace las evaluaciones que se requieren para formular los comentarios y evaluaciones que se ofrecen. En lo personal me alegro de haber acertado y poder así demostrar que estamos en el camino correcto.

Hoy en Panamá la mayoría celebra, no una descalificación, sino a la justicia, a la razón y por ende a la democracia. ¡Gracias Panamá!

 

 

 

 

 

 

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