sábado, 16 de julio de 2011

PONIÉNDOLE TECHO A PANAMÁ

Hace unas semanas atrás, una de mis hijas, que estudia arquitectura en la USMA, me contó que la habían contactado para que se sumara a una nueva iniciativa que perseguía el fin de proveer de un techo a familias necesitadas de Panamá.

En ése momento, no me sorprendió la decisión de Andrea, pues no sólo fue criada en un hogar donde siempre se ha promovido la vocación de servicio, sino que estaba segura que aprendería cosas nuevas que le servirían de mucho en su carrera.

Así pues, tuvo su primera experiencia en la comunidad de Kuna Nega, en el área de Mocambo, donde después de algunos dedos magullados, sudor y cansancio, celebraron la primera vivienda construida por “su cuadrilla”.

Tal era el entusiasmo con que compartía su hazaña, que para la segunda fecha de construcción, no sólo había participado de la selección del sitio de construcción, sino que había sumado a su hermana mayor y varios amigos en una aventura que en muy pocos días se había convertido en uno de sus ejes de vida.

Nicole, al igual que su hermana menor, se contagió del entusiasmo que se respira dentro de las filas de una organización que nació en Chile en 1997 y que en  muy pocos años se ha venido expandiendo por todo el continente. En Panamá llegaron no hace mucho y ya han logrado proveer de una vivienda digna a 87 familias de las áreas más necesitadas de nuestro país.

UN TECHO PARA MI PAÍS, como se denomina ésta organización de voluntarios, ha incorporado a más de 650 voluntarios en Panamá, que han preferido sacrificar fines de semana largos, fiestas y cumpleaños, para llevar alegría a personas que bajo otras circunstancias nunca hubieran logrado poner un techo sobre sus cabezas.

Un techo para mi país Panamá, organiza éste viernes 15 y sábado 16 una gran colecta que han denominado “Un balboa por un techo”, con la que pretenden recoger no menos de B/.160,000 para construir muchas casas que protejan  de la intemperie a cientos de niños que gracias a éstos jóvenes podrán soñar, ya no bajo las estrellas (literalmente) sino que podrán soñar con ésa estrella de amor y esperanza, con la que todos soñamos.

Este fin de semana, cuando en las 70 esquinas que se tomarán estos “techeros”, veamos a éstos incansables y luchadores jóvenes, saquemos las manos y compartamos un balboa; depositemos en las originales alcancías, construidas y pintadas por ellos mismos, un poco de dicha y felicidad y, parafraseando al cantante Diego Torres:

Saber  que  se  puede, querer que se pueda
Quitarse los miedos  sacarlos afuera
Pintarse  la  cara  color  esperanza
Entrar  al futuro con  el  corazón.

Los panameños somos gente buena que sabemos que cuando nos juntamos todo se logra. Píntese la cara, entre al futuro y ayude usted a poner ése clavo que hace falta y juntos ¡pongámosle un techo a Panamá!

1 comentario:

  1. El programa un techo para mi pais me parece excelente programa donde todos ganamos. La familia beneficiaria recibira la esperanza de poder salir adelante, disminuiran las enfermedades de la familia y por ende aumentaran la esperanza de vida en niños y adultos, los jovenes que participan en la construccion se llevaran las mas preciadas experiencias de sus vidas, trabajo en equipo, labor manual fuerte que reforzara la conviccion de seguir estudiando, experimentar la vida en estratos de viviendas con muchas dificultades y la mayor satisfaccion de todas para cualquier ser humana es la de dar al projimo a cambio de una sonrisa.

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