miércoles, 1 de abril de 2009

Hablando como se debe (1a y 2a partes)

Durante las recientes fiestas de navidad, cuando estaba de vacaciones en Panamá, me llamó la atención varias cosas que tienen que ver con el uso de nuestro idioma, las cuales, si bien es cierto se habían venido dando a niveles populares, me llamó la atención que ahora hasta entidades del gobierno nacional y los mas reconocidos medios de comunicación también han caído en los mismos errores.

Siempre me llamó la atención el por qué mis apreciados colegas periodistas se referían a “ciudadanos asiáticos” cuando se refieren a personas de origen chino. En éste país siempre les hemos llamado chinos e inclusive la famosa “tienda del chino” es y siempre ha sido la popular referencia de muchas direcciones en nuestro país.

No se si a mis queridos compañeros de pluma, les agradaría que en otras latitudes dijeran que un “ciudadano latinoamericano” fue arrestado por posesión ilegal de drogas, ensuciando a todos por igual. Aparte que no hace sentido pues uno es ciudadano de una ciudad o de un estado y no de un continente. Es importante enmendar éste tipo de errores pues en muchas ocasiones son los periodistas a quienes se toman como guía de un buen castellano.

Igualmente me llamó la atención que, haciendo la fila para pagar mi apartado de correos en la estafeta 0816, que en un flamante letrero afuera de una de las ventanillas de atención al público se lee que en ella se entregan cheques de la “Embajada Americana”. La verdad es que no sabía que el continente americano tiene una embajada den Panamá y peor aún es que haya personas que todavía se refieran a la “visa americana” cuando es bien sabido que en nuestro continente no hay acuerdos de tipo “Schengen” donde con una sola visa se puede visitar a casi todos los países de la Unión Europea.

Regresando a lo que nos hemos mal acostumbrado a decir y lo mas triste es que hay quienes le están enseñando a sus hijos a hablar así (incluyendo maestros y profesores), hay quienes ven de lo mas normal hablar de “mas sin embargo” como si efectivamente sonara mejor o mas refinado y lo que llamaría la “tapa del coco” el tan famoso “hubieron” en reemplazo del hubo, esto sin mencionar los tan populares “se venden”.

Ojalá quienes tienen la responsabilidad de enseñar a los niños y jóvenes en nuestras aulas se tomaran el trabajo de “regresar a aprender” y que las autoridades del Ministerio de Educación (léase supervisores) hagan un trabajo profundo para verificar que estamos realmente enseñando y orientando para que éstos “horrores” ortográficos y de lenguaje sean subsanados y nunca se vuelvan a repetir en una aula de clases y mucho menos frente a un micrófono.

Sería ideal regresar al periodismo de calidad que nos enseñaron ilustres maestros de la pluma que nos antecedieron como Gaspar Octavio Hernández, Mariano Arosemena, Eusebio Morales, Tomás Gabriel Duque, Eduardo Ritter Aislán, Víctor Florencio Goytía, Ricardo J. Alfaro, José Dolores Moscote, Arquímedes “Fat” Fernández, “Chicho” Puga y tantos otros que daban gusto leer y aprender de sus escritos.

A los jefes de redacción, productores, directores de medios y correctores de prueba, hagan un trabajo más exhaustivo. A los profesores de escuela secundaria y de nuestras universidades les ruego que se tomen el trabajo de buscar y enseñar la excelencia como meta para un periodismo elegante y de categoría como en una época caracterizó a Panamá.


Segunda Parte:


Hace algunas semanas escribí un artículo en el que invitaba a mis colegas de los medios de comunicación y a los maestros y profesores a mejorar la forma como nos expresamos y como les enseñamos a quienes nos escuchan (y están en el proceso de aprender), a mejorar la forma como nos expresamos.

La verdad es que fui contactado por algunas personas para preguntarme que por qué era tan alarmista, que la verdad “no estaba tan mal la cosa”…

Infortunadamente (la palabra desafortunadamente no existe en el diccionario) no puedo estar de acuerdo con ellos. Para demostrar mi punto, trataré de hacer alguna compilación de algunas de las bellezas que se ven y escuchan diariamente en los medios escritos y hablados, aulas de clases de primaria, secundaria y hasta en las universitarias y como “la tapa del coco” en los escritos preparados y firmados por algunos de nuestros juristas.

¿Cuantas veces hay quienes traducen el “billion” del inglés a un billón del español? No es lo mismo ni se escribe igual. Traducción: Millardo. ¿Cuantas veces leemos en los periódicos el nombre de la nación más grande de Sur América escrita “Brazil” cuando su nombre correcto es Brasil?

Seguimos. No existe tal cosa como las “Exclusas de Miraflores”. Son las Esclusas de Miraflores, Pedro Miguel o Gatún. Tal vez (porque no debe escribirse talvez o talves) no son muchos en Panamá los que se toman el trabajo de decir ocho en lugar del famoso “osho” o sea que cambiamos el sonido de la “ch” por el de la “sh”.

Hay muchos que luego de haber estudiado o vivido en los Estados de Unidos de América hablan del famoso “llamar pa´tras”. Lo correcto debería ser llamar de vuelta. Igualmente hay quienes tienen la mala costumbre de olvidarse que las personas por regla general tenemos dos apellidos (no me refiero a los que tienen apellidos compuestos) y sencillamente hacen alusión a la persona por sólo su apellido materno (por ejemplo el Canciller Navarro en lugar del Canciller Lewis o en su defecto Lewis Navarro).

No termino de entender porque hay médicos que cuando quieren hacer referencia a que una persona sufrió de golpes en la cabeza en accidente de tránsito, dicen que “el paciente sufrió politraumatismos encefálicos”. Por regla general nuestra población no ha estudiado medicina y la primera forma de expresarse es más fácil y más entendible, no les parece?

Vale la pena mencionar que a nuestros discapacitados (mas del 10% de nuestra población), no deberíamos llamarlos minusválidos. Quien utilice la palabra “anuente” debe referirse a que una persona consiente o esta de acuerdo con que se haga algo, no significa que conoce de algún tema en especial.

Para terminar, ojalá podamos erradicar para siempre la utilización de los mentados “haiga”, “mas sin embargo” y el terrible “hubieron”. Por favor, empecemos a hablar como se debe.

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