miércoles, 28 de enero de 2015

Felicito a la comunidad venezolana en Panamá por su marcado interés de integrarse a la cultura y tradiciones de los panameños. 

Enhorabuena!!!

Recomiendo la lectura de la nota que publica Adriana Rincón de El Venezolano News en su blog:


Integración y multiculturalismo en el Carnaval de Panamá 2015

Carnaval2015 (4)
Panamá es un país maravilloso, repleto de gente encantadora y grandes oportunidades, que realmente te invitan a sentirlo como tu segunda casa. Es por ello que me llena de alegría la invitación que la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) y la Comisión del Carnaval Capitalino hicieron llegar a las comunidades internacionales en el Istmo para participar con carros alegóricos y comparsas en los próximos carnavales, una de las celebraciones y tradiciones más importantes para el pueblo panameño.
El pasado jueves 16 de octubre, el administrador de la ATP, Jesús Sierra Victoria, presentó en rueda de prensa el logotipo y los detalles para el Carnaval 2015, con el lema “Carnaval de Panamá, un país en fiesta”, el cual tendrá un cambio de enfoque, retomando los valores familiares y culturales que caracterizaron hasta no hace mucho al carnaval panameño. Sin embargo, destaca el deseo del gobierno actual por integrar a todas las colonias de extranjeros que vivimos en Panamá, simbolizado en este gran gesto de invitarnos a aportar nuestras culturas y sentirnos incluidos.
Es especialmente significativo que se valore el aporte sano y honesto de quienes llamamos a Panamá nuestra segunda patria. Un país que nos ha abierto las puertas y del cual estamos muy agradecidos.
El periódico El Venezolano de Panamá va a servir de enlace para que miembros de la sociedad venezolana participen en la selección del motivo del carro alegórico, así como la elección de la reina y princesa infantil de la comparsa venezolana. También contamos con un gran equipo creativo para realizar los trajes y coreografías que se presentarán en el desfile, en el cual participaremos con orgullo y respeto junto a nuestros hermanos panameños y sectores de las colonias extranjeras en el país.
Junto al Sr. administrador de la ATP, Jesús Sierra.
Junto al Sr. administrador de la ATP, Jesús Sierra. Foto: Luis Lorenzo.
Reina del Carnaval 2014, María de Lourdes Gallimore, y administrador de la ATP, Jesús Sierra.
Reina del Carnaval 2014, María de Lourdes Gallimore, y administrador de la ATP, Jesús Sierra. Foto: Luis Lorenzo.
Rueda de prensa. Con Reina del Carnaval 2014, María de Lourdes Gallimore, y administrador de la ATP, Jesús Sierra.
Rueda de prensa con Reina del Carnaval 2014, María de L. Gallimore, y administrador de la ATP, Jesús Sierra. Foto: Luis Lorenzo.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Supremo Anhelo

Hoy comparto esta poesía del hermano de mi papá, Don Guillermo McKay, que llena de orgullo, no sólo a mi familia sino a todos los panameños:




Día de la Patria. Todo es contento y
alegría. Hasta el mismo sol, desde el balcón de
Dios, ríe a carcajadas: carcajadas de luz.
Las flores esparcen su aroma más enervante;
los ruiseñores dicen sus cantos más harpados,
sus melodías más ARMONIOSAS. El pueblo, ebrio
de entusiasmo, recorre las calles de la ciudad
dando vivas a la magna fecha clásica...
A lo lejos una banda de música desgrana
la perlería sonora del Himno Nacional....
Sin embargo, en la triste soledad del conventillo,
agoniza un patriota que luchó en las guerras
de independencia... Habla.
Cerca del lecho, una anciana lo escucha anhelante...
 Lágrimas de dolor surcan su rostro...

--Madre: esta fiebre pertinaz y loca
me quema el corazón, seca mi boca
y siento en mi interior la despedida
que mi cuerpo cansado da a la vida.
¿Qué vale el mundo todo y qué la suerte
cuando se está a dos pasos de la muerte?
Cuándo se tiene el corazón herido
parece una impiedad haber vivido!
No llores más... La muerte es mensajera
de una VIDA MEJOR... La primavera
eterna en cuyas blancas floraciones,
como rosas, perfuman corazones...
Presintiendo el espasmo de la crisis
(cuán cruel la enfermedad llamada tisis!)
¿qué espero de esta vida melindrosa?
Cuando el arbusto viejo da la rosa
es preciso que enferme o que fenezca
y ceda su lugar a otro que crezca
rozagante, altanero, juvenil...
¡Qué sólo así los necesita Abril!

¡Y yo he cumplido mi misión terrena!
Fuerza es que venga presto la serena,
la ensoñada beldad de eterno abrazo
Tengo frío el corazón y flojo el brazo,
y aunque mi fe de vencedor es mucha,
no habré de resistir la cruenta lucha,
ni mis viejos y débiles oídos
escucharán los roncos alaridos,
ni el gemir del cañón, ni la armonía
que tiene toda la fusilería...
--Madre: la fiebre ardiente me sofoca...
Me duele el corazón... Siento en la boca
ese amargor de hiel que es triste anuncio
de mi partida... Mi palor es nuncio
de la envidiable soledad del muerto...

Mira: yo no quiero que sufras... ¿Cierto
que no lo harás? Yo no quiero que llores,
ni que en mi tumba pongas BLANCAS FLORES,
ni que reces, contrita, por mi alma...
Feliz he de vivir en esa calma
que tiene el cementerio, ideal morada
donde no llega el hombre, Dios, ni nada!

Si soy de barro, como dice el cuento,
venga la tierra, pues, como alimento
de mi carne impura, carne de humano
que servirá de cárcel al gusano!
No quiero honores, llantos, ni lamentos...
Tan sólo cuando mi alma por los vientos
siga un rumbo ignorado, yo quisiera,
madrecita mía, que la bandera
istmeña fuese mi única mortaja...
¡Grandeza tánta no cabrá en la caja!

Si es cierto que me quieres tánto, tánto,
júrame por tu Dios glorioso y santo,
madrecita mía, que cuando muera
envolverás mi cuerpo en la bandera!
Así me iré dichoso al infinito
sin que exhale mi boca un solo grito...

Se me escapa la vida... Un denso velo
oculta a mi mirada el claro cielo...
Mira, un frío de muerte estoy sintiendo...
Me voy... Adiós... Adiós... Me estoy muriendo.
Pero escúchame, madre... Antes que muera...
Sí, madre... La bandera... mi bandera!



Ha muerto el patriota. Llora la madre desconsolada.
Afuera, en la calle, la multitud alegre,
al són del Himno Nacional, grita al unísono:
"¡Viva el 3 de Noviembre!"..

viernes, 31 de octubre de 2014

Homenaje a la bandera panameña

Mi amiga de hace muchos años, Nela Preciado de Marchosky escribió este artículo de opinión que debe ser de obligatoria lectura por TODOS!

Hace unos días, me decidí a poner mis banderitas panameñas en el carro. Por más que parezca algo simple, para mí era un compromiso. No quería colocar la bandera como un adorno más en el parabrisas, necesitaba creer que soy digna de llevar ese símbolo querido a la vista de todos. Por eso, estuve meses pensando en qué promesas le haría a la bandera para que ella estuviera orgullosa de mí.

Seré puntual, honrada y agradecida. Daré, siempre que pueda, lo mejor en mi trabajo y en mis relaciones personales. Seré cortés, cederé el paso, tanto a otros vehículos como a los peatones, y no tocaré el pito de mi automóvil por frustración. Jamás ensuciaré las calles, los jardines ni las aceras de la ciudad. ¿Cómo puedo decir que quiero al país, si echo basura en su rostro?

No seré una “juega vivo”, comprenderé que todos estamos igual de cansados y apurados, y que pasarme las luces rojas o transitar por el carril contrario para sobrepasar a los que sí respetan las leyes, puede resultar en un accidente en el que pierda la vida una persona, y eso no es querer al país.
Si luzco la bella bandera de Panamá en mi carro, a la vista de todos, entonces debo ser un ejemplo, tanto para mis compatriotas como para los miles de extranjeros que aquí viven. Quiero que vean que los panameños sí podemos ser amables, respetuosos, corteses, ordenados... ¿Por qué no?

Estoy convencida de que llevar el emblema nacional es un privilegio que debo ganarme y mantener, no puedo ostentar ese emblema nacional y faltarle el respeto de ninguna manera a mis compatriotas. Pensemos: ¿Cómo se ama a la patria y a la bandera, si no es a través de ser buenos ciudadanos en todo momento, aunque no nos estén viendo?

Todavía no sé si seré capaz de cumplir a diario con todo esto, pero ahí está la bandera en el parabrisas, y me recuerda que solo si cambio, puedo esperar que cambiemos todos por el bien del país.

Así como Panamá no es solo un pedazo de tierra, sino que está formada por los ciudadanos que nacimos y crecimos aquí, la bandera tampoco es un pedazo de tela, es nuestra alma criolla que ondea feliz, cuando un panameño hace algo bien.

Ojalá yo sea digna de lucirla todo el año en mi carro y que esto me recuerde la suerte que tengo de ser panameña y el trabajo que debo hacer para que jamás deba quitarla por haber faltado a mis promesas. “Bandera panameña, juro a Dios y a la patria, amarte, respetarte y defenderte, como símbolo sagrado de nuestra nación

jueves, 16 de octubre de 2014

LA DIFERENCIA ENTRE UN AMIGO Y UN AMIGO PANAMEÑO

 Este escrito me llegó por correo como un anónimo, pero me identifico tanto con lo aquí escrito que quise compartirlo en mi blog. Saludos!

Un amigo es alguien que nunca te pide comida.
Un amigo panameño es la razón por la que organizas una comida
 
Un amigo te pregunta cómo estás.
Un amigo panameño te dice que te ves bien, te abraza y te besa.
 
Un amigo llama a tus padres  " señor ..."  y "  señora ..."
Un amigo panameño llama a tus padres "tio " y "tia "
 
Un amigo puede que nunca te haya visto llorar.
Un amigo panameño ha llorado contigo, por cualquier cosa.
 
Un amigo te manda flores y una tarjeta cuando estás internado en el hospital.
Un amigo panameño se queda a dormir en una silla, a tu lado.
 
Un amigo te pide algo prestado y te lo devuelve a los dos días.
Un amigo panameño te pide algo prestado y a la semana se olvida que no es suyo.
 
Un amigo te ofrece el sofá para que duermas.
Un amigo panameño te brinda su cama, se acuesta en el suelo... y no te deja dormir en toda la puñetera noche conversando contigo.
 
Un amigo sabe unas cuantas cosas acerca de ti.
Un amigo panameño podría escribir un libro con las cosas que le has contado de ti.
 
Un amigo te lleva 'Tylenoll' cuando estás resfriado.
Un amigo panameño te hace una sopa de pollo y los remedios que le enseñó su abuela. Y puede que hasta te haga 'el avión' con la cuchara, para que te tomes la sopa.
 
Un amigo toca a tu puerta para que le abras.
Un amigo panameño abre la puerta, entra y después te dice: ¡Llegué!
 
Un amigo te pide que le hagas un café.
Un amigo panameño pasa a la cocina y monta la cafetera y hasta le pide azúcar a una vecina si no tienes.
 
Un amigo puede serlo por un tiempo.
Un amigo panameño es para toda la vida. 
 
Un amigo ignoraría este correo... 
Un amigo panameño se lo pasará a todos sus amigos pues se siente orgulloso de ser  panameño.

viernes, 10 de octubre de 2014

¿Que hacemos con Colombia?

Por el respeto y aprecio que siento por Colombia y mis familiares y amigos colombianos, considero importante aclarar algunos de las mas recientes publicaciones que aparecen en mis redes sociales.
Quienes me conocen saben del cariño que siento por la que considero mi segunda tierra: Colombia. Me unen lazos familiares, de negocios, de aprecio y de hermandad en Activo 20-30 y Scouts de muuuuchos años!

Dicho esto, es importante que se sepan algunos datos que deben ser tomados en consideración.
En Panamá, residen (legal o ilegalmente) muchos ciudadanos colombianos, excelentes personas, trabajadoras, honradas y trabajadoras, que se han ganado la admiración y respeto de quienes tuvimos la suerte de nacer en ésta bella tierra que los acogió. Con muchos hemos hecho negocios, nos tomamos los traguitos y hasta se han convertido en parte de nuestras familias, en otras palabras se integraron a nuestra comunidad.

Como dice el dicho, “en todos lados se cuecen habas” y así han llegado muchos que desprestigian a la otra mayoría y que estoy seguro que son tan indeseables aquí como allá. Por esto, entre otras cosas, no debemos generalizar cuando nos referimos a nuestros vecinos del sur.

Con Colombia hemos tenido nuestras diferencias en muchos sentidos, pero al final hay mas cosas que pudieran unirnos que separarnos. Una de ellas, ha sido la forma de hacer negocios y de cómo nos administramos. Considero que cada país debe ser libre y soberano de cómo administrarse y que el otro no debe imponer “soluciones criollas” para sus propios problemas. ¡Nadie debe pedir favores con el garrote en la mano!

En los últimos días nos amanecimos con la inclusión de Panamá en una lista que pretende discriminarnos, lo cual es inaceptable y alejado del derecho internacional. Lo curioso es que no es la primera vez que esto sucede, precisamente con Colombia.

A ver, Colombia no puede controlar el contrabando que llega a sus costas y decide imponer sanciones a Panamá, pues se supone que es éste el origen del mismo. Si se establece un paralelismo, es hacer lo mismo que critican con los EEUU. En la nación norteña se consume la cocaína, los gringos no hacen casi nada por luchar contra su consumo y el lavado del dinero que este tráfico produce, pero resulta que los culpables son los colombianos que la producen. ¿Interesante, no?

La guerrilla colombiana, sale de sus fronteras, pero Panamá debe invertir millones dólares en ayudar al gobierno de esa hermana nación en tratar de luchar contra éste flagelo, aunque el problema no es nuestro. Nuevamente, ¿interesante, no?

Ahora, Colombia quiere ingresar a la OCDE y esta le exige incluir a Panamá en estas listas negras y grises y el gobierno colombiano salta presto a hacer lo que sea necesario para lograrlo. Una vez mas, interesante, ¿no?

Es evidente que esta actitud del gobierno colombiano ha hecho que surjan todo tipo de comentarios negativos en contra de Colombia, lo cual considero  injusto. En Panamá hay una fuerte inversión de capital colombiano en  muchas compañías, las cuales generan empleo y beneficios económicos para ambos países. Es responsabilidad de estas empresas presionar a su país para que retome la senda de la negociación y no de la imposición.

Mientras tanto, pienso que se le debe mandar el  mensaje al gobierno colombiano, que Panamá debe respetarse. En este sentido, ayudar a las empresas a presionar a su país, imponiéndoles medidas similares a las que se le han impuesto a Panamá allá. Igualmente, que toda remesa que salga hacia Colombia se le añada una tasa impositiva adicional a la regular. También se podría no permitir que empresas de capital colombiano participen de licitaciones públicas hasta tanto a Panamá se le trate con dignidad y respeto.


Esto para empezar. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer, pero salir a rasgarse las vestiduras, pidiendo que se les imponga visas y demás cosas que se han expresado, no hace sentido. No hay que castigar al pueblo hermano de Colombia, sino mandarle el mensaje al gobierno de turno.

sábado, 27 de septiembre de 2014

MIGRACIÓN SALOMÓNICA

Había decidido abstenerme de opinar sobre el espinoso tema de la inmigración que se ha venido dando hacia Panamá, sin embargo comparto unas ideas que sugiero deben leer ambas partes de la discusión.

Quienes me conocen saben que no tengo nada de xenófobo, término con el que se ha querido acusar a quienes no están de acuerdo con los abusos en el área de migración que se promovió en Panamá en años anteriores. Todos debemos aprender a no descalificar a una persona por su forma de pensar.

Confieso que conozco ambos lados de la moneda. Tengo familia, amigos y personas con las que comparto a diario, que no son nacidos en nuestra bella tierra, a las que quiero, admiro y respeto. Si bien es cierto en América, la gran mayoría habla un mismo idioma, somos tan diferentes, como granos de arena en una playa, los cuales parecen similares, pero son muy diferentes.

Aprendí que “en Roma haz como hacen los romanos”. Yo no puedo ir a Bogotá o Caracas a “enseñarle como se hacen las cosas” porque ellos no la hacen como las hago Yo. Tampoco puedo pretender que a donde me he mudado sea una réplica del lugar donde dejé, porque no lo es. Es una realidad que salí de mi país de origen por alguna razón, ya sea buscar mejores horizontes, por mejor educación o seguridad para mis hijos, por razones políticas o sencillamente porque quería cambiar de ambiente.

La humildad y el agradecimiento hacia la tierra que nos acoge debe prevalecer sobre cualquier otra cosa y ajustarnos a la nueva vida que Yo escogí, nadie me la está imponiendo. De lo contrario me arriesgo a que me manden de vuelta al lugar que acabo de abandonar.

El panameño siempre ha sido solidario y sin bien es cierto no nos hemos distinguido por la solidaridad humana, si es cierto que tenemos un gran corazón y acogemos a la gente buena o con quien podamos hacer un buen negocio. La crisis de valores que atraviesa, no solo nuestro bello istmo sino gran parte del mundo, nos está impactando negativamente y no permite que seamos ese pueblo cálido, amistoso y alegre como otrora nos distinguían.

Panamá le ha abierto las puertas a los buenos extranjeros que quieren establecerse, formar familia y compartir su prosperidad con los que vivimos aquí y tienen una gran cantidad de alternativas para legalizar su estatus migratorio. No se justifica que haya la cantidad de extranjeros con estatus migratorio irregular en el país, como tampoco está bien que empresarios inescrupulosos ofrezcan plazas de trabajo a quienes no cumplen las leyes y disposiciones de Panamá.

No hay excusa valedera, para una cosa ni la otra. Si usted no está dispuesto a cumplir las primeras leyes que encuentra en el país al cual se muda, ¿cómo sabemos que sí cumplirá las otras? Los empresarios deben invertir en educación y con esto no me refiero a escolaridad. Deben invertir en atención al cliente y valores. Con la mano en el pecho, ¿cuántos restaurantes u hoteles han hecho esto?

¿O es que los panameños construimos un país para que quienes no quieren ajustarse a nuestras costumbres y tradiciones se aprovechen de el? Estoy seguro que los panameños queremos que nos ayuden a engrandecer ésta bella patria que nuestros ancestros nos ayudaron a forjar y que estamos dispuestos a asistir a los que huyen de las dictaduras y malos gobernantes, como varios de ellos nos acogieron cuando a nosotros nos tocó.


Ahora, les garantizo que no estamos dispuestos a que de manera altanera, grosera y xenófoba nos vengan a enseñar a convertir nuestros países en lo que dejaron atrás. Juntos debemos ayudarnos a seguir construyendo y mejorando este bello pedazo de tierra que orgullosamente une al continente y al mundo.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Por una política exterior digna

RELACIONES CON COLOMBIA


Recomiendo la lectura y difusión de éste artículo de mi hermano, ADOLFO ENRIQUE LINARES FRANCO

A finales de 2013, el titular de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN) declaró la intención de incluir a Panamá, de forma automática, en una lista de “paraísos fiscales”, si para el mes de septiembre de 2014 no se concreta un acuerdo de intercambio de información fiscal, con base al Decreto No. 2193, del 7 de octubre de 2013, que en su artículo 2, excluye “transitoriamente” a Panamá de la lista de “paraísos fiscales”.

La iniciativa de Colombia de discriminar a Panamá, no solo parte de premisas equivocadas, sino que choca con principios fundamentales del derecho internacional público, como los relativos a la “igualdad jurídica de los Estados”, de “no intervención en los asuntos internos de los Estados” y el de “libre determinación de los pueblos”, y como agravante, viola la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, cuyo Art. 52 declara como nulo: “... todo tratado cuya celebración se haya obtenido por la amenaza o el uso de la fuerza en violación de los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas”, habiéndose condenando “solemnemente el recurso a la amenaza o al uso de la presión, en todas sus formas, ya sea militar, política o económica, por un Estado, con el fin de coaccionar a otro Estado para que realice un acto relativo a la celebración de un tratado en violación de los principios de la igualdad soberanía de los Estados y de la libertad de consentimiento”. Así como el acápite 4, del Art. 2 de la Carta Constitutiva de las Naciones Unidas, de la que Colombia es signataria, que consigna, como uno de sus principios fundamentales el que sus países miembros “se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas”, entre otros tratados y resoluciones de derecho internacional público.

En Panamá no se “...ofrecen ventajas tributarias atractivas para el capital, la actividad financiera de personas no residentes en ellos y otras actividades susceptibles de movilidad geográfica...” diferentes a las que se otorgan a los nacionales, como dice el Decreto. El artículo 19 de la Constitución es claro al establecer que: “Los panameños y los extranjeros son iguales ante la ley ...” y en esta igualdad se incluye el tema tributario. Tanto panameños como extranjeros están obligados a pagar impuestos al fisco nacional, siempre y cuando, su renta sea generada en Panamá o considerada de fuente local, sin excepciones. Una simple consulta a algunas de las múltiples empresas colombianas que operan aquí comprobaría que no hay “tipos impositivos sobre la renta inexistentes o nominalmente bajos...” así como “normas legales o prácticas administrativas que limitan el intercambio de información”, porque desde el año 2010 hemos negociado y firmado 29 acuerdos tributarios. Eso sí, con aquellos países con los que Panamá determinó negociar, de acuerdo a sus propios intereses y conveniencias, lo cual es un derecho inalienable del concepto de soberanía y del principio de la igualdad jurídica de los Estados.

La amenaza de Colombia, al igual que las constantes presiones de la OCDE, para incluirnos en una “lista negra”, si no firmamos un acuerdo tributario, contaminaría dicho tratado con el vicio de la “coacción”, que junto con el “error”, el “dolo” y la “corrupción”, conforman los cuatro vicios sustanciales del consentimiento que, según la Convención de Viena, producen la nulidad absoluta de un tratado, pues estos deben ser consecuencia del “libre albedrío” y la “libre voluntad” de las partes, no producto de la fuerza o la amenaza (estas vician el “consentimiento”) de un país sobre otro.

Ricardo Martinelli y Frank De Lima, tuvieron una actitud sumisa y entreguista, en este tema, que no mejoró la imagen de Panamá y, peor aún, le ha causado graves perjuicios y debilitado su posición negociadora. La Cancillería panameña debe informarle al presidente Juan Manuel Santos que se le aplicará a Colombia, y a las empresas de capital colombiano que operan aquí, las mismas restricciones, impuestos, tasas o cualquier otra forma de discriminación comercial, tributaria o de cualquier índole que se le imponga a nuestro país, utilizando como fundamento jurídico el principio de reciprocidad, universalmente aceptado en el derecho internacional público, y de indispensable y común aplicación en las relaciones internacionales, al margen de otras medidas que pudieran tomarse como volver a llevar a Colombia a un panel ante la Organización Mundial de Comercio y solicitar la revisión o abolición del Tratado de Montería (1979), que le concede derechos preferenciales de paso en el Canal de Panamá, sin que nuestro país reciba nada a cambio. Seguir con la política de aceptar imposiciones de organismos que solo buscan el bienestar de sus países miembros, nos llevará al desmantelamiento del centro financiero
.

¿COLGAMOS LOS GUANTES?

  El mundo sigue enredándose más cada día. A veces me siento como que el expresidente panameño convicto y condenado, tuviera la influencia c...