Muchas personas se están preguntando ¿qué pasó en Colombia anoche?
En una de los sufragios más reñidos y de resultado estrechísimo en la
historia moderna, el No se impuso al Si en el plebiscito que fuera propuesto
para aprobar o improbar los acuerdos de paz negociados en La Habana durante los
últimos 4 años y firmados apenas hace una semana en Cartagena de Indias, entre
el gobierno colombiano y la narco guerrilla de las FARC.
Tratar de hacer un análisis frío de lo que sucedió es bastante difícil.
Y evidentemente luego de leer los comentarios en redes sociales, no importa lo que
se diga, cada bando (si o no) tira para su propio lado. La realidad es que faltando
solo 12 mesas por escrutar a nivel nacional, el voto negativo superó al
afirmativo por un margen menor al 0.5% donde votó un poco menos del 38% de los
habilitados para votar a nivel nacional y en los diferentes consulados
alrededor del mundo.
De donde salió el voto por el SI, es la gran pregunta, pues las
encuestas no lo daban por ganador y de la boca del propio ex vicepresidente
Francisco, él era el único del grupo que confiaba en la victoria, cosa evidente
en el lenguaje corporal de los promotores del voto NO.
Yo lo divido así: Un 30%, el voto duro del uribismo. Un 30% de quienes
emitieron un voto castigo a la mala gestión del presidente Santos. Un 40% de
quienes no estaban de acuerdo con el acuerdo negociado, muchos de éstos se
convirtieron en el voto “subterráneo” u oculto, como se le está denominando.
Por otra parte, el voto duro de los partidos afectos a la coalición de
gobierno, que en la 2ª vuelta electoral de hace un par de años lo llevó de
vuelta a la Casa de Nariño, se vio afectado por los estragos del huracán que
azotó el Caribe este fin de semana. Se calcula que un 30% del voto de la región
de la costa colombiana no salió a votar.
En casi todas las áreas más afectadas por el conflicto de más de 50 años
de duración, el SI derrotó al NO y sorprendentemente en Bogotá, igualmente ganó
el Sí. Lo mismo pasó en los consulados en el extranjero, el voto afirmativo
venció al No. Sin embargo, en las regiones centrales de Colombia, prevaleció el
No.
El resultado, a mi juicio fortalece la posición política del ex
presidente Uribe, la cual no era muy buena hasta ese momento, lo cual no es que
sea muy positivo, debilita la gobernabilidad del presidente Santos, lo cual tampoco
es bueno para la democracia y lo que más me preocupa, fortalece a las FARC,
pues se convierten en el fiel de la balanza entre los bandos políticos del
país.
De hecho, a pesar de no ser un partido, ya pidieron ser incluidos en el diálogo
nacional de partidos convocado por Santos y medio que aceptado por Uribe.
Adicionalmente me preocupa que, los dirigentes, pierdan el control sobre los mandos
medios de sus fuerzas y que estos desconozcan la autoridad del secretariado.
Soy de la opinión que se debe proceder con cautela pero muy rápidamente,
pues el país no puede darse el lujo de otra negociación kilométrica.
Ahora mismo todos deben trabajar por la unificación de un país evidentemente
dividido, donde el respeto, al menos en las redes sociales, ha brillado por su
ausencia y donde, por suerte, hay un frente común: la búsqueda de la anhelada
paz, que tanto Colombia como el resto del mundo quiere.
Ojalá los políticos sepan erguirse sobre sus intereses personales y
partidistas para negociar, lo que se pueda negociar. No sé que tanto estén
dispuestos a ceder la narco guerrilla en un nuevo capítulo; esta semana pasada
habían ofrecido poner fondos para la reparación de las víctimas, lo cual era
una de las peticiones de los que abogaban por el No y se convierte en un buen
inicio de negociación.
Exhorto a todos mis hermanos colombianos a no dejarse llevar por una
falsa victoria. Hubo un ganador: Sin dudas fue el Sí y sus adeptos enviaron un
mensaje que quieren una nueva negociación, pero al igual que con la guerrilla,
hablar de victorias o derrotados no creo que sea correcto; el pueblo, siempre
el mas afectado, es uno sólo y hoy debe unificarse para superar este nuevo
escollo.
Elevo una oración al Todopoderoso para que siga bendiciendo e iluminando
a esa bella nación con la que tengo tantos vínculos y la cual amo tanto.
¡La GUERRA nos unió y la PAZ nos separó!
ResponderEliminarLo que realmente paso ayer domingo en la votación más importante para Colombia, fue que la mayoría no votaron por la Paz, votaron por dos políticos que tienen dividido al país; pero bueno, así es la democracia; esperemos ahora que estos dos “próceres” sienten hablar y como dices: …“sepan erguirse sobre sus intereses personales y partidistas”… y logren renegociar la Paz estable y duradera que todos anhelamos con las FARC.
Ah… y por otro lado, que los colombianos nos tomemos el tiempo de tan siquiera ojear los acuerdos, así se por simple cultura general.
Un fuerte abrazo desde Palmira, Colombia