viernes, 26 de julio de 2024

Un país de rojo (2a parte)

 

En la primera edición de este escrito, publicado hace algunos días atrás, destacamos una serie de “curiosidades” que suceden no solo en la capital sino en todo el país. Por eso, hoy sigo con el destacar cosas que se han convertido en cotidianas, que no son correctas, pero que nos estamos acostumbrando a ellas y que aspiro a que pronto todos critiquemos y nos animemos a denunciar, como ciudadanos responsables.

En este nuevo capítulo, inicio preguntando si a nade la llama la atención la clase de plan de data que tienen los policías, en especial los que supuestamente deben estar cuidando ya sea las calles o carreteras. Creo que a muchos les encantaría tener ese plan que pareciera ilimitado, ¿verdad?

Y si seguimos por la calle, hace varios artículos atrás, pregunté “quien le pone el cascabel al gato” refiriéndome a los motorizados que no puedo decir que circulan por nuestras calles, sino que, se han apropiado las mismas. No respetan semáforos, carriles, señales de alto, inspectores de tránsito ni nada. Y si por casualidad usted tiene la mala suerte que alguno de estos se choque con usted, prepárese, pues le llega un enjambre solidario para tratar de amedrentarlo a uno.  ¿Será que ese gato tiene un dueño con poder?

Otro tema que nos ha afectado a casi todos en algún momento es el de los camiones repartidores de mercancías que debo asumir Yo que pagan no sólo un impuesto de circulación, sino por un permiso “para estacionarme donde a mi me da mi gana” y así no tener que hacer que su personal camine demasiado, sin importar que cierran un carril de la vía donde estén (concurrida o no) por el tiempo que a ellos les da su gana. ¿Será que adicional al custodio privado también contratan a su inspector del tránsito personal?

Una pregunta que hice y que algo de efecto tuvo (muy poco, pero lo tuvo) en el gobierno anterior, es el de la circulación por el carril reservado para autobuses, ambulancias, bomberos, policías y algunos taxis que está en la cinta costera 1. Nunca he visto que también dice que es el que pueden usar quienes conducen un auto con líneas amarillas o con las luces de azules/rojas que ahora las tiene casi todo el mundo. Puedo pensar que el presidente de la república tiene estos privilegios pero ¿los manzanillos también?

Otro tema que nos involucra a varios en muchos lugares, son las famosas rotondas o redondeles que se han venido construyendo. Estas debieron ser de 3 carriles (como sucede en otros países), pero bueno, sabemos que los carriles desaparecen por arte de magia, ¿verdad? Esto no quiere decir que los conductores los utilicemos de la forma correcta. La cantidad de accidentes que se producen diariamente nos indica que están mal construidos, pero mal utilizados también. Una campañita en medios por parte de las autoridades respectivas serviría para mejorar la vialidad y sus resultados.

 

¿Cuántos de nosotros hemos ido a alguna institución pública y nos han querido hacer sentir como que nos hacen un favor en atendernos? Y ni siquiera es un comportamiento privativo de los “come empanadas” sino que esta actitud se ha extendido a la esfera privada. Así, uno llega a un restaurante o a un almacen en centros comerciales y pocos son los colaboradores de estos que han tomado conciencia sobre la importancia de los clientes. Hay 2 compañías dispensadoras de combustible que se distinguen por la capacitación que les han dado a sus colaboradores. Nuestro paisano Rubén Blades nos vendió que “las sonrisas son gratis”. ¿Será que, con la inflación, ahora cuestan más compartirlas?

¿No les ha pasado que se suben a un elevador, dicen “buenos días” y nadie les responde? O que ¿cuándo van a salir de un edificio le sostienen la puerta a las personas que vienen detrás de usted y nadie les agradece? ¿Dónde se quedaron las buenas costumbres que nos enseñaron nuestros padres y maestros? No podemos vivir pegados a ese aparatito que originalmente servía para hacer llamadas. Somo una “sociedad” o sea vivimos de forma social y convivimos para interactuar.

Los seres humanos debemos practicar la “humanidad” o sea convivir y compartir. Dejemos de pensar solo en nosotros mismos, de ser egoístas y convencernos que lo que nosotros pensamos es la regla general. No, no lo es; quizás es en lo que coinciden nuestro círculo de amistades, mas no como piensa o siente el resto de esa mayoría, a veces silente hasta que explota.

No permitamos que se nos explote el globo en la cara. Ya pasamos de luz verde a amarilla y estamos en la luz roja de alerta urgente. Y tu que estás leyendo, ¿también llegaste a la roja?

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