Luego de una campaña política bastante movida, por ponerlo de
alguna manera, el país entero regresa a una inquietante tranquilidad. A una
significativa mayoría, pasó el 5 de mayo y regresan a su habitual
comportamiento a ver como sobreviven o llevan el sustento a sus hogares o para
el otro Panamá, como se planifican las próximas vacaciones.
La realidad es que el discurso de izquierda trasnochada sigue
sin impresionar a las masas panameñas y sus promesas no tienen la acogida entre
la población a la que tanto se apeló. Pareciera que, al menos en esta ocasión
“el pueblo” prefirió a una “derecha de conveniencia” para apodarla de alguna
manera, pero en la contraparte legislativa, se escogió un tremendo “wacho” que
ahora los mejores chefs, están tratando de sazonar a su antojo.
Sin embargo, hay
varias cosas que inquietan a la población y no estoy seguro de que se podrán
solucionar en un corto tiempo. Pero muchas de estas necesidades, fueron
promesas de campaña y el nuevo gobierno será medido con un rasante bastante
rígido.
La crisis del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de
la CSS debe ser abordado y resuelto antes que se acabe el año corriente. De lo
contrario al gobierno le corresponderá obtener los fondos necesarios (de donde
no los tiene) para poder cubrir los compromisos con los miles de pensionados
que así lo demandarán.
El tema del desempleo, otra promesa, deberá verse con
urgencia, pues si de verdad se quiere reducir o que desaparezcan las infames
botellas, este desempleo se verá incrementado, en lugar de reducido. A esto se
le debe sumar ese supuesto 40 y pico porciento de panameños que están semi
empleados, los conocidos como informales o los llamados emprendedores, todos
con ingresos muy por debajo del mínimo requerido para una “vida digna”. ¿Será
que habrá el “chen chen” prometido?
No se como se manejará el tema de la seguridad (o la falta de
ella), pero conociendo a quien liderará el nuevo gobierno, se que procederá con
una mano firme en este aspecto, aunque le toque asumir ciertas
responsabilidades que le pudieran costar parte de ese poder político que
necesita.
Para todo lo arriba mencionado y para tantas otras cosas que
necesitará hacer, requiere de una buena relación con la Asamblea Nacional.
Ojalá se separe totalmente de las malas mañas que impuso su “padrino político”
y prefiera irse por el camino de la negociación política en lugar de irse de
“compra política”.
El país requiere de una buena comunicación, de la tan
cacareada unidad nacional y de la mejor voluntad de todos sus hombres y
mujeres. Sin el aporte de todos, tendremos problemas muy difíciles de manejar,
pues un apoyo menos a 40% de quienes emitieron su voto no son mayoría. La
constitución habla de una armónica colaboración y esta debe existir, sin
embargo, el triunfo que se ganó el nuevo mandatario no es ni debe interpretarse
como una carta abierta para gobernar como si el país fuera una finca o un
imperio y hay un solo regidor para el mismo.
No me extrañaría ver el nuevo mandatario de todos los
panameños, acercándose a la oposición y reiterando su deseo de extender su mano
para que juntos puedan llevar este país adelante.
Eso le aseguraría una singular independencia y la protección
que requiere para no verse amenazado o peor aun chantajeado por su supuesta
propia bancada y las afines. Los panameños debemos estar vigilantes que se
cumplan las leyes y prive lo establecido en la constitución nacional, por sobre
todas las cosas. El presidente podría
comprometerse a empujar dentro de su agenda la reforma al reglamento interno de
la Asamblea nacional, misión y bandera insigne de los diputados
“independientes” a cambio de su apoyo en el hemiciclo legislativo.
De igual manera el ejecutivo pudiera asegurarse una relativa
paz con las comisiones de presupuesto y credenciales, vitales para un buen
desempeño de sus funciones y para el bienestar del país, pues lo mas probables
es que se saquen de todos los cajones los tan tristemente recordados “que hay
pa´mi” y posteriores chantajes.
Bajo estas condiciones, si el criminal convicto y prófugo,
pretende cogobernar desde su guarida, se encontraría que el nuevo presidente
supo trabajar políticamente, cosa que no se ve en este país hace mas de 15
años.
Panamá necesita ser gobernado, por los mejores hombres y
mujeres, de cara al pueblo, con transparencia y 0 tolerancia a la corrupción.
Ojalá se depongan los intereses de las minorías y prevalezca el interés de la
gran mayoría que sigue creyendo y confiando en que regresaremos a ser ese
“Centro del Mundo y Corazón del Universo” como otrora fuimos vistos.
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