A raíz de la crítica situación que se vive en Panamá, han
aparecido toda clase de propuestas o sugerencias de qué se debe o no se debe
hacer, para buscar una solución a un problema que no inició hace 3 semanas,
tiene aristas desde hace mas de 10 años.
Los que pensábamos que la pandemia iba a hacernos tomar un
poquito de conciencia sobre la realidad nacional, nos equivocamos y hoy vemos
nuevamente reflejados los diferentes Panamá, que existen y que son una
realidad, pero que mucho se siguen negando a ver y a tratar de conjugar.
En Panamá no necesitamos una lucha de “clases” como a muchos
les gustaría que hubiere. Los cierres de vías, manifestaciones y protestas de
las cuales hemos sido testigos en las últimas semanas, nos han impactado a
todos, así como afectó la inacción del gobierno central, durante toda la 1ª
semana de la crisis.
Es mi opinión que el detonante de lo sucedido fue por un lado
el vídeo de la fiesta de celebración de los diputados brindando y burlándose
del mismo pueblo que los eligió y por el otro, la fiesta de cumpleaños de la
rectora en Chiriquí, que le sacaba la lengua a todo el mundo mientras “tiraba
besitos” a los que la apoyaron para hacerla.
La génesis inicia mucho mas allá, con un expresidente que se
dedicó a debilitar todas las instituciones del país; no respetó ni siquiera el
Canal, que es considerado como nuestro principal recurso. Esto ha permitido que
las instituciones que deberían velar por los intereses de la mayoría, no lo
hagan y cuando alguno resuella, lo hace tardíamente.
Otro gobernante que no hizo a lo que se había comprometido;
recibió una economía agobiada en deudas y cuando terminó, dejó la economía supremamente
magullada.
Y llegó el siguiente, que entre la pandemia y la corrupción
lo que mas recordaremos fue el nivel de endeudamiento que deja y peor aún, que
no se usó para proponer una recuperación mas rápida, sino que la malgastó en
contratar amigos y allegados los cuales no aportan nada ni a la economía ni al
país.
Con esta situación frente a todos, el interior del país
detectó el talón de Aquiles del gobierno y se dio cuenta que los cierres de
calles y avenidas era lo que se requería, para que el gobierno atendiera sus
demandas. Y estilo pre-república, desde fuera de la capital hacia ella, inició
una serie de manifestaciones que, a pesar de aún no haber finalizado, tienen a
un segmento del país muy afectado y seriamente debilitado.
Los ciudadanos palpamos un desconcierto, no solo de parte del
gobierno, sino de las mismas fuerzas vivas que están afectando la circulación a
nivel nacional.
Hay un nivel de desconfianza tan grande, que hay sectores que
desconfían hasta de la propia Iglesia Católica, otrora garante de la confianza
ciudadana.
¿Qué se puede hacer?
Iniciar por el principio… Los manifestantes inician pidiendo
ajustes en 3 rubros: Gasolina, Alimentos y medicamentos. A duras penas, se ha
logrado un consenso en el primero.
Yo les propondría a las partes en conflicto lo siguiente:
1ª Etapa:
-
El
gobierno central ordena el cese de los contratos de todas aquellas personas que
hubieren sido recomendados por los diputados de la nación.
-
El
gobierno central ordena la destitución (o renuncia para que no se vayan tan
ofendidos) inmediata de los jefes de las carteras de salud, gobierno,
desarrollo agropecuario, obras públicas, seguridad y turismo.
-
Las
organizaciones que mantienen afectado el tránsito vehicular, se comprometen a
abrir TODAS las vías afectadas en un horario especial, que podría ser de 6-8
a.m. y de 5-7 p.m. de manera que pueda transportarse alimentos de primera
necesidad, combustible, medicamentos e insumos médicos de uso en clínicas y
hospitales a nivel nacional.
2ª Etapa:
-
El
gobierno central accede a sentar a sus mas calificados representantes para
abrir una sola mesa de negociación nacional, en el lugar que sea determinado
por las organizaciones en conflicto.
-
Las
organizaciones involucradas, se comprometen a sentar en las mesas de
negociación a sus dirigentes mas capaces y que cuenten con la capacidad de
negociación y aprobación de acuerdos.
-
A
la Asamblea Nacional se compromete a eliminar radicalmente sus planillas 172 y
080 dentro de los próximo 10 días.
-
Los
empresarios que venden productos de alimentación se comprometen a, mientras
dure la crisis mundial iniciada por el petróleo, a que su ganancia se vea
reducida a la mitad, para que, de esta manera, el consumidor final solo le
corresponda asumir la mitad del incremento producido.
-
Se
garantice la libre movilización de la población a nivel nacional, sin retenes
ni cierres de calles por un espacio mínimo de 60 días.
3ª Etapa:
-
Se
debe establecer una mesa permanente de negociación que deberá reunirse no menos
de 2 veces al mes por un espacio de 6 meses, de donde deberán salir propuestas
para que el costo de la vida se pueda reestablecer a medida que la crisis
mundial se vaya aliviando.
4ª Etapa:
-
El
gobierno central deberá convocar a un gran plebiscito nacional para dentro de un
máximo de 3 meses, donde se formule una sola pregunta: ¿“Quiere usted que se
convoque a una Asamblea Constituyente”?
Todo lo demás se puede negociar y así promover las mejores
cosas para nuestro Panamá.
Este país es de todos y todos tenemos la obligación de velar
por él. Trabajemos en la conciliación y en la unión de nuestra gente,
incluyéndonos a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario