Lo sucedido en Colombia el domingo, debe llamarnos la atención a todos. Aún no “enciende las alarmas”, al menos todavía no
Lo que si es cierto es que Colombia sigue siendo un país
dividido. Un gran destino turístico. Un país de gente ingeniosa y trabajadora. Un
gran país.
Los que vimos la contienda desde fuera, nos dividimos en 2
bandos: Uno de desconfianza y el otro de esperanza. La realidad es que el
martes muchos colombianos se tendrán que levantar, hacer largas filas para
tomar un autobús, laborar las mas de 8 horas que se les exigen y regresar tarde
a sus casas para tratar de compartir un corto tiempo en familia. Los otros,
llegarán un poco mas tarde a sus trabajos y tratarán de desmeritar el triunfo
de Petro, discutirán con sus amigos sobre lo que se hizo o no se hizo mal y
darán recomendaciones (tal cual lo hacen cuando pierde su equipo de fútbol el
domingo anterior).
¿Que hay dos Colombias? Claro que las hay. Y cuidado que un
par más. ¿Qué Colombia es uno de los países más desiguales del continente? También
es cierto. ¿Que los políticos tradicionales, no han querido darse cuenta? Cierto.
¿Qué lo van a aceptar? De esto, no estoy tan seguro.
Hasta una semana antes del día de las elecciones, Rodolfo
Hernández iba a ser el próximo presidente. Las 3 semanas desde la 1ª vuelta
fueron fatídicas para él. Por un lado, Petro concentró su campaña en dejarse
ver como el anti uribista por excelencia, lo cual no le costaba mucho. La
campaña del “ingeniero” no hizo gran cosa. Encima la salida de los
“Petrovídeos” no tuvo el impacto que esperaban, no así la fiesta en el yate que
pintó al candidato como un playboy (error de previsión).
Todo esto fue caldo de cultivo para que los que le tienen
miedo al expresidente Uribe y un segmento de los indecisos votaran por el
riesgo que pudiera significar Petro, como el menos malo de los 2.
El viernes pasado, conversando con un muy buen amigo
colombiano residente en “la costa” le comentaba que amigos me habían
manifestado su intención de voto: Voto por Petro por convicción, otros votarían
por miedo a otro gobierno uribista, otros votarían en blanco y otros votarían
por “el ingeniero” por miedo a que Colombia se convirtiera en otra Venezuela. Lo
interesante era que sólo uno de con quienes hablé votaría con Rodolfo por
convicción. Eso me hizo llegar a la conclusión que Petro podría ganar, contrario
a lo que Yo mismo había afirmado anteriormente. Pensé que sería mas apretado,
pero mas de 700.000 votos es significativo.
¿Qué viene ahora? Dudo que haya una migración desmedida de
población o de capitales. Al menos por ahora. Habrá que esperar a ver cuáles
son las medidas que tome el nuevo gobierno.
Mientras tanto, la región y en especial Panamá, debemos mirarnos
en ese espejo. El populismo de izquierda y de derecha son malos. Conducen a un
autoritarismo, como el que vemos en otros países vecinos. Hay quienes dirán
“Panamá no es Venezuela” y me imagino que ahora dirán que tampoco es Colombia.
La realidad es que tenemos los mismos ingredientes para el mismo sancocho.
Si no lo queremos ver, “será nuestro problema”. Aquí tenemos
diferencias sociales, que se “descubrieron” durante la pandemia, pero hay
ciegos que aun así no las quieren ver. Los genios economistas del “Charro
Mexicano” no tienen la menor idea de lo que hablan. El clientelismo es pan para
hoy y hambre para mañana.
Nadie sabe lo que pasará en Colombia y mucho menos en Panamá,
pero si las alternativas que nos ofrecen son uno que cree que la plata lo
compra todo (que a lo mejor ni candidato será), otro que no sabe si va para
adelante o para atrás, otro que habla y no propone y otro que muchos ni le
creen ni respetan, cuidado “nos sale una bruja” y no necesariamente será de
Monagrillo, como le gustaban al inolvidable Moyo Icaza.
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