La “caída” de Afganistán en manos del grupo terrorista Talibán, ha servido para varias cosas alrededor del mundo. Para los adoradores del ex presidente estadounidense Trump les ha dado un tanque de oxígeno para poder atacar la gestión del actual presidente Biden; infortunadamente para ellos, el pentágono aclaró que la decisión de retirar sus tropas había iniciado previamente a la toma de posesión del actual residente de la Casa Blanca.
Para los fundamentalistas criollos, incluyendo aquellos que
no se ven como tal, los coloca en una encrucijada, pues sus pares extremistas acaban
de tomar control del país, pero sus primeras acciones repercuten en la
violación de derechos humanos, derechos de las mujeres y derechos de infantes.
Bueno, la verdad es que estas medidas no antagonizan mucho con algunas de las
de ellos, pero como la mayoría del mundo rechaza este tipo de acciones, no les
gustaría que los compararan con aquellos.
Los políticos afganos, se comportaron iguales a los de casi
todo el mundo. La diferencia es que ahora, el resto del mundo descubrió que vivían
promoviendo la corrupción y de hecho varias cadenas internacionales, denotaban
que estos sinvergüenzas habían huido con millones de “dólares” antes que los
terroristas se tomaran la capital Kabul.
Los aliados bajo la batuta de los estadounidenses no
comprendieron que no se le puede enseñar al perro a orinar como gato, pues no
es un gato. Pretender que este país, empiece a pensar
y, peor aún, a actuar como occidentales, solo porque manejan mucho dinero, está
equivocado. Ese error lo hemos visto repetirse infinidad de veces en nuestra
querida América Latina.
El mundo contempló “atónito” el despegue de los últimos “aviones
de la libertad”, tal cual muchos fuimos testigos de las últimas horas de vida
de Radio Caracas Televisión, algunos años atrás. Los países llamados “occidentales”
cuya presencia en la capital afgana se trasladó hacia el aeropuerto, trataba, a
veces en vano de evacuar no solo a sus connacionales sino a todos los afganos
que les habían servido como intérpretes y guías durante los últimos 20 años y a
sus familias inmediatas.
Las cárceles fueron vaciadas, la mayoría de los miembros de
Al Qaeda, quienes casi de inmediato procedieron a buscar, perseguir y “eliminar”
a sus carceleros y a quienes los habían traicionado. O sea, la famosísima “Convención
de Viena”, quedó no solo bien guardada, sino que se sentaron en ella.
El mundo deberá prepararse y estar mas atentos que nunca,
contra nuevos ataques, conspiraciones y atentados, de un grupo de
fundamentalistas (no tengamos miedo de llamarlos por lo que son) musulmanes,
que estoy casi seguro que ni en Alá creen. Que ahora gozan de privilegios,
beneficios y compensaciones anteriormente inimaginables por ellos mismos.
El mundo debe unirse y empezar una negociación donde las
cartas reflejen el interés para que se respeten los derechos fundamentales de
todos, incluyendo mujeres y principalmente niñas; esto incluye el derecho a
seguir educándose, a tener valor y a ser los seres pensantes que siempre han
sido. Si el Talibán pretender integrarse y ser reconocido por el resto del
mundo, deben estar dispuestos a integrarse a un mundo civilizado, donde todos
tenemos los mismos derechos y privilegios.
El mundo debe nuevamente aprender de los errores cometidos en
Afganistán, no en los últimos 7 u 8 meses, sino en los últimos 20 años. El ex
presidente bocón se llena la boca diciendo que “si el hubiera sido el
presidente” hubiera hecho tal o cual cosa y la pregunta del millón de dólares
es: tuvo 4 años para hacerlo, por qué no lo hizo. Es el mismo disco de 78 rpm
que escuchamos al otro expresidente de Panamá, que se la pasa prometiendo lo
que el sabe que, no puede hacer, porque nunca promovió ni una sola ley ni una
acción en beneficio del país. No tuvo la capacidad y no la tendrá, así pudiera
aspirar 100 veces más. La lección por aprender por nosotros es muy simple: No
se gobierna con la boca. Se gobierna con la cabeza y el corazón y para ellos se
requiere de no solo inteligencia, sino de valores y estos se alejaron de este
tipo de aprovechados populistas hace rato.
¿Todavía creen que la corrupción nunca los va a afectar?
Ojalá nunca tengamos que correr detrás de un avión para poder huir del terror
que surge de mantener parásitos en puestos de gobierno que no se merecen.
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