domingo, 8 de septiembre de 2024

¿Seguro de quién?

 Hace muchos años, específicamente durante el gobierno que lideró Martín Torrijos, se produjo una reforma a la ley que rige la Caja del Seguro Social (CSS), que le dio un respiro, por llamarlo de alguna manera, al programa conocido como IVM (Invalidez, Vejez y Muerte). En esa ocasión se advirtió que era solo un primer paso, pues se debían tomar las medidas necesarias para seguir dándole la “respiración artificial” que necesitaba.

La realidad es que, durante los quinquenios siguientes, no se tomaron las medidas que fueron advertidas y requeridas para poder “rescatar” este programa del cual dependen una significativa cantidad de personas conocidas como pensionados o los mal llamados jubilados. Esto hizo que recientemente se advirtiera que este programa de la CSS solo tuviera oxígeno hasta finales del 2024.

Inicio opinando que la actitud adoptada por los gobernantes que rigieron el país durante los 15 años siguientes fue, por decirlo de alguna manera, bastante débil y ha dado pie para un sinnúmero de conjeturas, algunas sesudas, pero otras totalmente irresponsables, que mas que politiquería barata, ha sido como tratar de apagar un incendio con gasolina.

Para comprender un poco mas la situación, se requiere de mucha paciencia y estudio. El actual presidente José R. Mulino, enfrenta pues, una escalera de acciones que debe empezar a subir. Inició, a mi pobre entender, con la acertada designación de un administrador, actuario de profesión, para que encabece el monstruo de como muchas cabezas, que representa la CSS. Este requerirá rodearse de personas con mucha capacidad, como por ejemplo un excelente equipo de médicos que lo asistan en lo que, a la atención médica y medicinas, se refiere.

Yo le recomendaría una persona que, mas que hacer relaciones públicas, sea experta en capacitación del personal que labora en esa institución, principalmente en el tema de atención al usuario. Que de una vez por todas entiendan que son los usuarios y sus patronos quienes pagan por su salario y sus pensiones.

Se debe designar a una persona para que inicie a planificar, junto al MINSA, un nuevo sistema de salud integrado, el cual unifique las actuales duplicidades que se ven a nivel nacional, en temas de atención médica y de las farmacias.

El sistema de atención médica debería implementar algo que he estado escuchando de un profesional de la talla y experiencia del Dr. Carlos Abadía, que no ha dejado de hablar de la “atención primaria” como la base y esencia de la atención al usuario.

Con el sistema integrado se debe presionar para lograr que los panameños no tengamos que invertir en ir a buscar medicinas a precios accesibles en Colombia, Ecuador o hasta en España y Turquía. No es posible que uno pueda comprar un boleto de avión ir en la mañana a Bogotá, por ejemplo, y regresar al día siguiente con medicinas para 5 o 6 meses y que, con el ahorro, se pueda pagar el pasaje de avión, el hotel, las comidas y hasta la rumba en esta capital vecina y queda para el taxi.

No es justo que los pensionados tengan que “anclarse” a una pensión que, en muchos casos no esta ni cerca del famoso 60% que deberían recibir, pues hay topes que no son cónsonos con los aportes. Las pensiones, deberían verse ajustadas anualmente en un porcentaje no menor a la inflación reportada oficialmente cada año.

Para lograr muchas de las cosas que se sugieren, en la mayoría de los casos solo se necesita de la buena voluntad para que las cosas se hagan. En otros casos a la CSS se le debe permitir, al igual que lo hacen otros fondos de pensiones, invertir en acciones, bolsa, bonos, etc. Se le debe autorizar la venta o desarrollo de una cantidad de terrenos de su propiedad y tienen muchos años, sirviendo de potreros o sin un fin definido.

¿Que se requiere hacer ajustes de parte de los patronos y sus colaboradores?  Coincido. Pero la responsabilidad no puede venir de un solo lado. Las buenas decisiones deben ser resultado del esfuerzo común.

La Caja del Seguro Social es de todos los panameños, se beneficien directa o indirectamente de ella. Esta es una institución que no se puede dar el lujo de “quebrar”. Al final del camino de ¿dónde saldrán los fondos para “rescatarla”? Del erario, o sea nos cuesta a todos.

No todos tienen los recursos para tener uno de esos casi que impagables seguros privados o para tener un fondo de pensiones privado.

No seamos avestruces ni egoístas con quienes mantienen o han aportado a la CSS por tantos años. Hay que actuar, pero ya. Para mañana podría ser muy tarde.

 

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