lunes, 21 de agosto de 2023

El que quiera conocer a Panamá....

 

Hace muchos años, para no entrar en detalles de la historia nacional, alguien hizo famosa la frase con la que se intitula este artículo de opinión. Y no es que necesariamente asevero que es lo que está pasando en la actualidad, muy por el contrario, pero…

Sin embargo, hay quienes pareciera que están haciendo todo lo posible por lograrlo. Lo más triste es que esas personas tienen audiencia y, como las focas, aplauden cada vez que hacen una gracia.

Tratemos de hacer un análisis que, aunque superfluo, nos debería poner a pensar hacia donde caminamos y hacia donde nos están llevando un grupo de personas, que no buscan el bien o beneficio común, sino engrandecer el bolsillo propio.

Estas son personas sin escrúpulos que se han acostumbrado a vivir del famoso “que hay pa´mi” o del “que e lo que e”, estribillos que cobran gran importancia durante las campañas políticas. Y esta que estamos viendo se siente interminable. Son personas que no les importa comprometer a sus familiares, cercanos o no y hasta sacrificarlos de ser necesario, con tal de amasar fortunas, pensando que con esto adquieren reconocimiento, prestigio y distinción.

La realidad es que, en gran parte, somos nosotros mismos, quienes hemos propiciado esta conducta, pues ya sea que votamos por estos sinvergüenzas o los invitamos a ser sus socios en los negocios que nos ofrecen, porque “si no lo hacemos, nos quedamos por fuera” o el “si no lo hago Yo, alguien más lo va a hacer”.

Es aquí donde mas recuerdo con añoranza, las enseñanzas del famoso librito de la Urbanidad de Carreño y de las clases de estudios sociales de las escuelas primarias, por lo menos de mi época, donde los maestros y profesores nos hablaban de Valores y nos los enseñaban con el ejemplo.

Y no estamos solos… Y no es por ningún extraterrestre que nos viene a visitar o nos saluda desde la nave espacial que vio el militar estadounidense recientemente. Si miramos a nuestro alrededor y hacemos un conteo nos damos cuenta de que los problemas que estos tipos de comportamientos acarrean, son la raíz de los gobiernos populistas que rigen o han regido recientemente varias de nuestras naciones vecinas.

Para muestra varios botones: Brasil, Venezuela, Colombia, El Salvador, Nicaragua, México y hasta los Estados Unidos de América vivió su episodio recientemente. Gobiernos populistas y en gran parte absolutistas. Ningún extremo es bueno, ya está súper comprobado.

Y aquí entonces entramos en que si son de izquierda o de derecha. Quienes defienden los derechos de todos te dirán que se alinean hacia la izquierda (desde la centro izquierda hasta extrema izquierda). Los que defienden la forma de vivir “exclusiva” de cómo hemos vivido hasta ahora, se alinearán en los diferentes matices que ofrece la derecha (centro derecha hasta la extrema derecha). Unos acusan a los otros de ser demasiado progresistas (descalificación que a mi juicio no ofende, mas que a los que la profieren) por un lado y retrógrados, talibán y excesivamente conservadores por el otro.

Me cuesta entender por qué la nueva moda es descalificar a quien difiere de nuestra forma de pensar. Extraño los buenos debates, no solo en la asamblea nacional y municipios sino hasta en las plenarias de los clubes cívicos y gremios empresariales y laborales.

Los que no creen en la educación, nos están llevando a un enfrentamiento permanente, que no nos conduce a ningún lugar saludable, más allá de la intolerancia y la falta de respeto que vemos constantemente en la calle, lugares de trabajo, parques, hospitales y hasta en los restaurantes.

Contaba mi abuela que hace muchos años, el primero de los 3 veces Presidente de la República, decía en un discurso: “Pueblo Panameño, ustedes son un pueblo bruto” y quienes lo escuchaban gritaban “Viva el Dr. Porras”. Se que los niveles de educación no son muy buenos en Panamá y que seguramente la pandemia y las decisiones del doctongo no ayudaron mucho a evitar que mas niños y jóvenes aprendieran lo que debieron y pudieron haber aprendido, pero me niego a aceptar que somo un pueblo bruto.

Como panameño que he dedicado una vida a luchar por la libertad, justicia y democracia, que desde las filas del club cívico y los gremios a los cuales pertenezco, he luchado por promover y practicar los más altos valores cívicos, éticos y morales, me niego aceptar que la decencia y éstos valores vayan a sucumbir ante la vulgaridad, la chabacanería y las cosas que riñen contra las buenas costumbres (las de todos, no solo las que Yo practico).

Desde esta trinchera los convoco a no desfallecer y por el contrario a luchar con más ahínco, pues los grandes ganadores serán nuestros hijos y nietos y por ende nuestra bella Panamá.

Este artículo aparece publicado originalmente en el Diario La Presa, del día 21/8/2023:
https://www.prensa.com/opinion/el-que-quiera-conocer-a-panama/

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