Este viernes como es tradición,
se da inicio al evento que une a todos los panameños, la Teletón 20-30. Evento
que organiza una organización cívica y de servicio que, desde su fundación, se
ha identificado con las necesidades de las clases mas necesitadas del pueblo
panameño.
Las diferentes generaciones de
jóvenes que hemos formado parte de este club cívico igualmente hemos sido parte
de acciones de civismo que van desde los eventos del 9 de enero, la lucha por
la libertad y la democracia de los años ochenta, así como la promoción de los
valores cívicos y morales.
Hoy una nueva generación presenta
un proyecto que incide directamente en el que, en su momento, fuera
descalificado (como nos encanta hacer a los panameños) y denominado un “Elefante
Blanco” en la administración del Dr. Belisario Porras. Hoy, los panameños tenemos
la suerte de poder disfrutar de variados servicios, varios de ellos se brindan
gracias a la generosa donación de todo un del pueblo que se une en una causa común,
como pocas veces se logra unir a los panameños y a los que han escogido este
pedacito de tierra como su hogar, a través de la Teletón 20-30.
Estas inversiones incluyen la
maternidad, la sala de urgencias, la sala de tratamiento de pacientes con
epilepsia, así como la sala de urgencias y el edificio de clínicas del vecino
Hospital del Niño, entre tantas otras.
Hoy el Hospital Santo Tomás, quizás
el mejor equipado para el tratamiento de traumas, requiere de un “quirófano
mixto” que pueda ser utilizado para tantas cirugías que se necesitan hacer y no
se da abasto en el actual nosocomio y que además acelere el proceso para que
todos los pacientes que así lo requieran no tengan que esperar tanto para ser operados.
Hace muchos años, en una
conversación con nuestro querido Monseñor Rómulo Emiliani, me compartió una
frase que hoy sigue redundando en mi cabeza: “Algún día no serán necesarias las
organizaciones sin fines de lucro que brindan asistencia al pueblo, mientras
tanto sigamos trabajando en ellas”.
El trabajo de ese grupo de
jóvenes que sacrifica, familia y trabajo, para poder organizar un evento de
calidad, que sirve como marco para que en esas “27 horas de amor” todos nos
unamos por esa causa común, es inmensurable y se hace con todo desprendimiento
y la mejor buena voluntad hacia un pueblo necesitado.
Hoy, comparto mi granito de arena
y les solicito que sean parte de estos logros, que no son de Activo 20-30, sino
de esa gran masa que se logra unir como un haz de esperanzas para ricos y
pobres, grandes y chicos, sin importar su género, edad u origen, puedan tener
la oportunidad a una vida más digna, más justa y confortable.
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