sábado, 11 de julio de 2020

Y ahora, ¿para dónde vamos?


Lo más probable que usted este entre los que se pregunta a qué se debe el “hoy si, mañana no y pasado mañana a lo mejor” de quienes deben impartir instrucciones sobre cómo enfrentar a la pandemia de Covid-19.

La cruda realidad es que ni siquiera ellos saben. De hecho, nadie lo sabe….

Hoy escuchamos a una OMS diciendo que el virus no se propaga por el aire y en 2 semanas nos dicen que a lo mejor sí. Mañana nos dicen que las mascarillas no son imprescindibles, pero en 3 semanas nos dicen que no salgas sin ellas. Ayer escuchamos a una ministra que trataba de educar y hoy tenemos que ver a otro que nos da órdenes y nos regaña tal cual fuéramos chiquillos de 1er grado.

Ayer leímos un comunicado de los médicos intensivistas, diciendo que había que paralizar al país por 15 días, o sea cierre total de todo. No se como se alimentarán las personas, pero estoy seguro que eso no es prioridad para estos médicos, que me atrevo a asegurar que, al igual que los que sientan en la mesa donde se toman las decisiones, no han dejado de cobrar sus salarios cada quincena.

Hace 4 meses empezamos, como el resto del mundo, a intentar diferentes opciones y Panamá se convirtió en el 1er país en establecer una cuarentena basándonos en el género y el último número de la cédula, toques de queda (totales y parciales) y tantas otras medidas restrictivas (varias de ellas a todas luces inconstitucionales, pero comprensibles por la gran mayoría de la población), las cuales al final solo llevaron a que un segmento de la población las cumpliera y el otro, de las maneras mas ingeniosas no fueran tan “meticulosos” en cumplirlas.

Mientras tanto, la fuerza pública viola los derechos ciudadanos, escudándose en la pandemia; el respeto y hasta la razón se les perdió y siguen haciendo propuestas que les “facilitan” un trabajo el cual no han podido cumplir y el cual utilizan como medio para violentar los ciudadanos cumplidores de las normas. El respeto se gana..

Yo no estudié medicina, pero soy un persona pensante y que razono. Tengo mas de 40 años trabajando y pensando en lo que le conviene a la mayoría. He caminado mas calles que la gran mayoría de los políticos que hoy ocupan un puesto en el engranaje estatal. Conozco mi país, desde Darién hasta Bocas del Toro, desde Punta Burica hasta Kuna Yala. Se lo que demanda buscar los fondos necesarios para alimentar a una familia, como obtenerlos y la mejor forma de invertirlos.

Lo vengo diciendo hace mucho tiempo, mientras en esa mesa no se sienten empresarios, profesionales de Recursos Humanos y Clubes Cívicos, no saldrán decisiones coherentes, cónsonas con el momento que se vive, no sólo en Panamá sino en todo el mundo.

Como sociedad civil debemos demandar que esa mesa convide y acepte las recomendaciones y observaciones de quienes tenemos otras perspectivas para enfrentar al enemigo, en una guerra inédita, tal cual la describiera el presidente de la república. Quien mas consulta menos se equivoca, ¿no?
Hace algún tiempo alguien me preguntó: ¿Y tú, que propones hacer? Me encanta ese tipo de preguntas, pues me hace demostrar que no estoy en el grupo que critica por criticar, sino que, con base en la experiencia, podemos elevar a la consideración de quienes nos dirigen, ideas de cosas que podrían hacerse.

Empezaría por la promoción de 2 campañas de publicidad. La primara versaría sobre la concientización de una ciudadanía que ya se cansó del #QuédateenCasa y que necesita de nuevos insumos que le motiven a cumplir con ciertas instrucciones específicas. Debemos hablar sin pretender atemorizar. Los panameños somos especialistas en desafiar a la autoridad, por lo tanto, debemos sumarlos, más que amenazarlos.

La segunda campaña serviría para destacar los “rostros” del personal de salud que en los últimos 4 meses no han dormido suficiente, se han contagiado, se recuperan y, aun así, siguen en la primera fila de combate. El famoso “pueblo” debe darle una cara mas allá del “Buenas Tardes Panamá”. Debemos reconocer ese esfuerzo que 24/7 vienen haciendo una cantidad significativa de hombres y mujeres que están dejando todo el pellejo en el “frente de combate”.

Debemos resaltar más a los que atienden a los enfermos y no los que andan visitando centros de salud para posar para una foto o conceder una entrevista. No estamos en campaña política, ¿en qué idioma hay que decírselos?

La fuerza pública debe estar visible y disponible para velar por el bienestar de la gente; no es correteando al que compra más de un six-pack que se protege la salud. Debemos reforzar la presencia en los lugares más frecuentados hoy por hoy: Los supermercados y farmacias. Ser amables, atentos y serviciales. Sabemos que los hay. Pero desde que les dieron un pito y un tolete (y la libreta de poner boletas) Papa Dios les debe hacer los mandados. ¡No! Así no es como construimos una comunidad solidaria.

Para concluir, formulo una pregunta: ¿Qué hubiera pasado si los gobiernos de turno, en especial el MEDUCA, los gremios y sindicatos hubieran escuchado, atendido y puesto en práctica la promoción de valores cívicos, éticos y morales que desde la época de la dictadura emprendieron los clubes cívicos del país? Imagínese usted que la honestidad, la honradez, la responsabilidad, la solidaridad y el respeto, por solo mencionar algunos, fueran la guía práctica del comportamiento de los panameños.

¿Y aún nos preguntamos por qué otros países con población similar a la nuestra han podido manejar de una mejor manera la situación y no que por el contrario ocupemos los vergonzosos primeros lugares, ya no por comercio, abanderamiento ni logística, sino por muertos y contagiados, proporcionalmente a nuestra población?

Debemos todos poner de nuestra parte: El gobierno debe dejar de ser la mamá regañona y la población debemos dejar de ser los niños rebeldes. Al final debemos superar esa “cultura caribeña” bajo la cual nos queremos abrigar para empezar a empinarnos y rescatar a nuestro querido y maltratado país.




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